Luca Giordano: David entregando a Salomón el plano del templo
Veintinueve de diciembre: día del rey David.
David ¿existió? Los historiadores no se ponen de acuerdo. Se ha encontrado una estela antigua que menciona la existencia de la "casa de David", pero los escasos restos arqueológicos de la ciudad de Jerusalén revelan un villorrio, no una ciudad deslumbrante; ninguna crónica antigua de territorios cercanos (asirios, egipcios....) cita el supuestamente extenso y poderoso reino de David, mientras que las extensas crónicas bíblicas sobre David dibujan un personaje de leyenda, propio de un cuento popular o de un mito, un pastor que se convierte en un rey poderoso, justo y justiciero, escogido por Dios, y fundador de un linaje que concluye con el Mesías.
Entre las historias fantásticas, decisivas para el imaginario arquitectónico, que siguen pautas tanto egipcias cuanto mesopotámicas, se cuenta que Yahvé escogió a David (nombre que en hebreo significa Bien amado) para construir el primer templo permanente (hasta entonces, la portátil Arca de la Alianza, construida según las detalladas órdenes de Yahvé dadas a Moisés, hacía las veces de templo transportable), le entregó los planos del mismo y una detallada memoria descriptiva que enunciaba los materiales a emplear, la ornamentación figurativa -lo que contradecía órdenes divinas precedentes que condenaban las imágenes naturalistas- y las técnicas constructivas, pero, al último momento, exigió que David entregara el proyecto a su hijo Salomón porque David tenía las manos manchadas de sangre (había ordenado asesinar al esposo de su amante), quien llevaría a cabo el proyecto gracias a la dirección de obra de un mítico arquitecto fenicio, Hiram -quien también moriría asesinado a manos de sus colaboradores deseosos de apoderarse de sus secretos que le permitían edificar lo que no se podía alzar, un templo para un dios que no estaba en ningún sitio, sino en todos a la vez.
David es una figura de leyenda, quizá con una base histórica. Salomón es todavía más un rey legendario o mítico, y el templo de David y Salomón seguramente nunca existió. Pero este templo imaginario, soñado gracias a la descripción bíblica de la memoria proyectual, ha rondado el imaginario arquitectónico occidental, constituyendo un soñado prototipo de cualquier iglesia cristiana -directa o indirectamente, a través de la iglesia del Santo Sepulcro edificada por Constantino como el nuevo templo de David y Salomón.
PS: El orgullo del rey David, quien ordenó censar a sus súbditos -cuando en verdad el pueblo elegido es innumerable-, lo que iba en contra de la omnipotencia divina, se pagó muy caro: Yahvé mandó una epidemia durante tres días que acabó con casi toda la población, neutralizando la eficacia del censo.
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