Entre 1789 y 1794 -el Terror que la Revolución francesa extendió por toda Europa, con toda clase de ajusticiamientos y asesinatos, resuena en la obra-, el escultor valenciano Josep Ginés recibió el encargo del rey Carlos III de un desmesurado belén para el futuro Carlos IV.
El conjunto, de seis mil piezas de terracota, incluye un extenso apartado dedicado a la masacre de los inocentes.
Las figuras, reciente y oportunamente expuestas , en tiempos de pandemia, en el Museo de Bellas Artes de Valencia, se conservan en la Real Academia de San Frenando de Madrid -de la que Ginés fue director. Una de las más dramáticas se muestra en la colección permanente del museo Marés de Barcelona.
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