La venta en subasta, ayer, de un gran y espléndido óleo de Picasso por un precio desorbitado, y el trabajo de montaje de la exposición Picasso y la joya de artista, en el Museo Picasso de Barcelona, que se inaugura el jueves 20 de mayo, nos ha llevado, a quienes trabajamos en la muestra, durante el almuerzo, a recordar que todas las mujeres de Picasso se suicidaron -una, Marie Thérèse Walter, conocida cuando ella tenía dieciséis años y él cuarenta y cinco, a la que abandonó cuando quedó embarazada, y que años más tarde se colgó -, menos una, la pintora Françoise Gilot, que lo dejó, pero que tuvo que huir a los Estados Unidos para poder sobrevivir, pues Picasso, enfurecido, ordenó que ninguna galería ni ningún coleccionista franceses expusieran ni compraran su obra. También sorprendió que Jacqueline Roque, su última mujer (que se suicidó tras el fallecimiento de Picasso y la resolución de la herencia), se refiriera a su esposo como El Sol, y se dirigiera a él como Mi Señor.
Una última víctima fue un nieto de Picasso, llamado Pablito, que se envenenó con lejía, tras una atroz agonía, porque Jacqueline no le permitió velar el cuerpo difunto de Picasso.
http://www.bcn.cat/museupicasso/ca/exposicions/picasso-i-les-joies-de-artista.html
Jacqueline, la mujer fotografiada en el cartel, tiene mirada sumisa. Me ha llamado la atención su mirada, entes de leer el contenido del post.
ResponderEliminar¡Cierto!
EliminarCabeza ladeada, cuello ofrecido sin protección, ojo entreabierto....
Una imagen entre tierna y terrible (o temible)....