"Juzgar que un hombre ha disfrutado de la mayor felicidad, nadie puede, porque cada uno determina la felicidad de una manera, y otros de otra, y cada uno, según sus propios sentimientos. Si queremos un juicio justo, y una decisión de dejar de lado todas las ilusiones de la riqueza, no es feliz ningún mortal.
Ser aliado de la fortuna es positivo y bueno, que podemos decir con razón que no era infeliz. De hecho, no mencionando el resto, es siempre el temor a la infidelidad de la fortuna, que existe el miedo, una vez admitido, no hay reconocimiento más sólido de no ser enteramente venturoso.
Pero, ¿qué mayor desventura que ningún mortal es sabio a todas horas? (...) La humanidad es frágil e ingeniosa en engañarse a sí misma, que hace como los tracios, que ponen en una caja piedras de diferentes colores, para memoria de las alegrías y las desgracias del día, para hacer el cálculo de cada uno en la fecha de la muerte, y decidir sobre el resultado de la vida contando qué tipo de piedras fueron más.
Sin embargo, los días indicados con una piedra blanca, ¿no han sido fuente de problemas del día siguiente? (...) ¿cuantos no han sido víctimas de los poderes que se han atribuido? ¿cuántos se han perdido por sus propios bienes, entregados a la última agonía? Debido a que llaman a éstos bienes que a los sumo han proporcionado una hora de placer. Tenemos que juzgar que el día después lo es del día anterior, y éste el último día es el que juzgará a todos, por lo que no debemos confiar en ninguno. Observe que los bienes no son iguales a los males, incluso cuando son iguales en número: La mayor alegría no se puede comparar con el menor duelo, !Cálculo inútil y poco razonable! procuramos vivir larga vida, pero buscando el pesar."
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