domingo, 24 de abril de 2022

¿Qué es el espacio?

El espacio está vacío; es el vacío. El espacio se equipara con el cosmos: un mundo oscuro, ilimitado (o infinito) y silencioso, que encoje el ánimo, ante el que nos sentimos empequeñecidos; un mundo que no nos necesita, que existe independientemente de nosotros, que seguirá siendo cuando nos extingamos, que nada tiene que ver con nuestra vida. El espacio aparece como lo que se opone a nuestra vida, en el que nuestra vida peligra, sin apoyos ni referencias. Preexiste a todas los entes y los seres, desde los cuerpos siderales hasta los inmortales y los mortales. El espacio es la condición de la existencia y la presencia de aquéllos. El espacio les ofrece un lugar, los mantiene en el lugar que les corresponde, bien protegidos y aislados, como seres y entes que no se necesitan entre sí.

Spatium, en latín -de donde viene el moderno vocablo de espacio- no designaba en primer lugar un vacío sino una construcción: un estadio -dónde competir: una pista de carreras a pie o en una cuadriga. El estadio es donde la comunidad pasaba mucho tiempo, dónde estaba en días señalados. El estadio invitaba a quedarse para participar de un ritual o un espectáculo, que daba sentido a la vida y la organizaba. Hacia el estadio confluía la muchedumbre que, de pronto, descubría que tenía una meta y un objetivo. El espectáculo llenaba la vida.

Spatium, entonces, nombró la distancia que media entre los seres y los entes. El espacio no preexistía, sino que se determinaba a partir de las cosas y las personas. Éstas fundaban el espacio mientras se hallasen separadas. En cuanto se fundían -en un abrazo o una contienda-, el espacio desaparecía. El espacio se concebía como un intervalo que medía lo que faltaba para ir de un punto a otro. Por el espacio se transitaba, siempre que hubiera una meta, so pena de perderse. El verbo spatiare, en efecto, se traduce por errar, deambular sin rumbo, como si no se supiera dónde ir, no se tuviera ningún objetivo. El espacio se percibía siempre activamente; invitaba al movimiento. El espacio se vivía. Se descubre tras haberlo recorrido. El verso casi tópico del camino que se hace al andar, bien se aplicaría para referirse a lo que el espacio es: un interludio que se descubre -y se crea- a medida que se avanza. El espacio depende del desplazamiento entre cuerpos fijos. El espacio es lo que podemos recorrer; responde a nuestras posibilidades; da la medida de nuestro recorrido por el mundo. El espacio es lo que somos capaces de emprender. Ciertamente, el viaje no debe estar forzado. La caminata debe ser libre, mas sabiendo hacia dónde se va. No se trata de ir de un lado para otro, sino de ser consciente de los pasos que se dan. El espacio tiene una componente ética: es fruto de las decisiones que tomamos, de cómo actuamos, de hacia dónde nos dirigimos en el mundo. Revela nuestra relación con el mundo, nuestro estar en él, no aprisionado o acobardado, sino con una visión de futuro y deseos de llegar a algún “sitio”, de tener un futuro. El espacio es la consecuencia de nuestras expectativas vitales, de nuestros deseos de hallarnos cómodamente en un lugar por el que transitaremos; un lugar que no nos inquieta, sino que azuza la curiosidad. El espacio, literalmente, es el resultado de un proyecto, de una visión de futuro. Depende de que queremos ser, de la huella que pretendemos dejar, de cómo pensamos comportarnos. No vale ir a ciegas. La exploración, el recorrido pretende alcanzar un determinado objetivo. La meta, empero, se halla a cierta distancia. Alcanzarla conlleva tiempo. Y esto es lo que también significa spatium: tiempo, o, mejor dicho, un intervalo, no solo espacial, sino también temporal, toda vez que el espacio solo se entiende como una extensión por la que se debe transitar entre dos puntos que abren y cierran el espacio. El espacio es, por tanto, musical: el tiempo entre dos notas, el espacio por el que transita el sonido que abre un campo sonoro y visual.

 

  

4 comentarios:

  1. Excelente como suele suceder en este sitio. Aguardo con expectativa unas elucubraciones (complementarias, alternativas, contradictorias) acerca del lugar.
    Saludos cordiales desde Montevideo

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  2. Gracias, Pedro, otro magnífico texto que ayuda a pensar nuestro trabajo diario.

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  3. ¡Muchas gracias!
    De tanto en tanto me pregunto por el significado de palabras habituales en arte y arquitectura, y abro dos muy buenos diccionarios de latín y de griego antiguo. También pienso que esta pequeña búsqueda puede ser útil para los estudiantes de arquitectura, para las clases de teoría, pues podría aportar algún dato que se desconozca.
    Gracias de nuevo por los ánimos
    Un cordial saludo

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  4. El comentario anónimo es de Tocho….

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