La danza se desarrolla en el espacio. En verdad, lo abre ( lo tiende y lo arma como si fuera una construcción efímera) y lo delimita, traza sus ejes y lo dota de sentido.
La danza se suele practicar en interiores. Se adapta a ellos y los interpreta. Percibimos las cualidades espaciales a través de los movimientos que permite y que inspira.
La danza en interiores domésticos es casi un género aparte. La lectura de una vivienda se realiza y se expresa a través de la danza. Ésta permite sentir el carácter doméstico, su cercanía con la vida, del interior y, al mismo tiempo, dota a éste de un carácter íntimo. Interpreta la habitabilidad y lo convierte en un lugar habitable. La vida prende gracias al movimiento que explora límites y rincones, manifiesta la amplitud y la existencia de límites seguros. La danza incluso relacional el interior con el espacio circundante, asentando la casa en un lugar propio.
El bailarín y coreógrafo francés Leo Walk se inserta en esta concepción de la danza como la expresión de un hábitat y de un habitar consentido, compartido y seguro.
Este ballet se representa hoy en París.
https://www.nowness.com/story/leo-walk-maison-den-face
https://www.chatelet.com/programmation/saison-2022-2023/maison-d-en-face/
https://www.journal-laterrasse.fr/le-choregraphie-leo-walk-nous-convie-dans-sa-maison-den-face/
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