Fotos: Tocho, marzo de 2021
Cerrado, por presiones animalistas, en 2010, como canódromo -era un lugar de carreras de galgos en una pista de tierra en forma de circo romano, a los pies del edificio, donde se apostaba, y un lugar, en pésimo estado, un tugurio donde no acercarse-, y perfectamente restaurado entre 2017 y 2021 gracias al Departamento de Patrimonio del Ayuntamiento y de la Escuela de Arquitectura del Vallés, la obra maestra de Bonet Castellana (junto con la Casa La Ricarda, de los mismos años) y de la arquitectura moderna de Barcelona -unas amplias terrazas voladas, suspendidas de una sobria estructura metálica, con paramentos de vidrio traslúcido, extendidas como las alas de un ave gigantesca, de la que se descuelgan las gradas- fue convertida en un centro de arte internacional, con un director prestigioso, en 2017. Duró meses.
Hoy ha vuelto a transformarse, esta vez en un centro cívico del barrio de las Viviendas del Congreso (Congres- Indians), construido n los años 50, y bautizado con el insólito nombre de Ateneo de Innovación Digital y Democrática, dedicado, entre otros temas, al ciberfeminismo (¿?).
Muy bien y generosamente guiados, se puede visitar gratuitamente.
Cuando la pandemia cese, contará con una de las mejores terrazas de bar de la ciudad.
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