Una alcaldesa, en la vida real, se puede llamar de cualquier manera; puede tener cualquier nombre, Virginia, por ejemplo. Mas, cabe preguntarse si la alcaldesa de Barcelona, en la novela de Javier Cercas, Independencia, puede nombrarse Virginia, si le ocurre lo que la novela explica. Dicha historia, ¿puede estar recogida, y anunciada, como en una apertura musical, por este nombre? Del mismo modo, la resolución de ls historia depende de un personaje llamado Herminia. ¿Qué evoca este nombre? ¿El papel clave de esta figura cuadra con su nombre?
Dos nombres pueden desactivar una historia, cuyo desarrollo chirría porque no parece que los acontecimientos estén desencadenados o resueltos por figuras con nombre que no anticipen ni justifican lo que se cuenta. En este caso, la historia no está en manos de los personajes, sino en las del escritor, convertidas en marionetas que no pueden actuar porque sus nombres no les llaman a actuar como el escritor cuenta.
Un nombre equivocado es una mancha, una falsa nota, una disonancia involuntaria, que convierte una historia que podría describir lo que podría ocurrir, en una historia increíble. Si el nombre no se amolda a lo que se espera de un personaje, la historia que protagoniza deja de poseer ls verdad que la ficción posee, ya no es un espejo certero del mundo. Aparece como una recreación arbitraria, un mecanismo cuyos andamiajes se manifiestan involuntariamente, anulando el efecto de credulidad que un lector espera para poder perderse gozosamente te enviaré una historia.
¿Acaso Herminia no es el nombre de una heroína trágica, una víctima de una pasión que la mueve y la desborda? Herminia significa Grande. Su nombre encierra, presupone turbaciones y turbulencias. Herminia, ¿devota esposa?
Mientras, Virginia deriva de virgen, virginal. Quienes hayan leído la novela podrán juzgarte, a raíz de lo que cuenta, acerca de la idoneidad, de la necesidad de este nombre de la alcaldesa de Barcelona en relación a su historia.
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