jueves, 23 de enero de 2025

Analógico

 Una aguda observación sobre el regreso de la imagen fotográfica analógica -en detrimento de la digital-, más por razones poéticas que técnicas o económicas, nos puede invitar a reflexionar por un momento sobre la analogía/m.

La analogía  -ana + logos, en griego, es decir, reflexión o palabra fundada sobre lo que se encuentra por encima, que observa desde lo alta, y percibe, por tanto, relaciones, conexiones, parecidos o parentescos “por encima” de las diferencias- pone el acento sobre lo común en detrimento de la diferencia. 

La analogía descubre las secretas correspondencias entre unas cosas que en apariencia no mantienen contacto alguno. La analogía acerca los entes y los seres. Les hace ver que se parecen más de lo que muestran o creen ser, y que este parecido no es superficial o insignificante, sino que dice algo importante sobre estos seres. Son seres o entes que no son extraños entre sí. No se dan la espalda, contrariamente a lo que podamos pensar. 

La analogía abre un espacio de diálogo, incluso para que las cosas puedan debatir sobre sus diferencias. Dibuja o establece una mesa de negociaciones. Permite que seres que pretenden no tener nada que “ver” se vean las caras y se descubran; descubran lo que les une por encima de lo que les divide. 

La analogía no niega o escinde la diferencia, sino que valora la coincidencia, entendida como el fruto de un acercamiento entre los seres, entre un entendimiento entre éstos, sin que sean tan solo, meras copias o dobles. Son seres, es decir poseen rasgos individuales propios, pero poseen un ser, una humanidad que trasciende las singularidades.

La fotografía analógica expone una relación entre un ser y su imagen. Ésta se asemeja, o resulta de un íntimo contacto entre un ser y un plano. El ser o el entre se proyecta y deja una huella de su pasada presencia. Dicha marca o señal no es gratuita, sino que remite a quien ha querido indicar su presencia. El ser no se retrotrae o no se esconde, como si no quisiera saber nada del mundo ni de los demás. Se abre al mundo, revela su presencia y el lugar que ocupa, el papel que juega en una comunidad. 

La imagen analogía revela la cara que un ser acepta mostrar, una cara que no es una máscara que esconde su auténtico rostro, sino que es  una plasmación de su faz a través de la cual libra su ser. La imagen analogía muestra como sin los entes y los seres. Es una imagen que abre perspectivas sobre los seres que aceptan descubrirse y entrar en contacto con los demás.

La analogía es lo que constituye la comunidad. Formamos parte de la misma porque destacamos lo que nos une y compartimos valores, maneras de ser, lo que implica que nos percibimos como distintos y, por tanto, necesitados de lo que los demás nos aportan para completarnos. La imagen (analógica) suple y destaca lo que nos falta para integrarnos en una comunidad y no sentirnos excluidos cuando lo que cuenta no son valores o propiedades comunes o semejantes, sino diferencias o sorteadas. 

Solventar diferencias sin anularlas: tal es la función de la analogía, que da continuidad al mundo y lo hace más humano, un espacio en el que las diferencias no son obstáculos o muros.


Agradecimirntos a Roger Adell por su observación 

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