Fotos: Tocho, Capilla de Santa Ágata: Jaime Huguet, retenle de Pedro I, Santa Catalina, Julio de 2021
El rey de la Corona de Aragón, Martín I, falleció sin descendencia. Varios eran los pretendientes a la corona, todos de la familia real. Un acuerdo entre las distintas facciones, firmado en Caspe, estableció que un sobrino, por parte materna, del rey, Fernando I, accedería al trono.
Entre sus objetivos se hallaba la limitación de las prerrogativas de la nobleza de Barcelona. Pronto, ésta, ante la pérdida de sus favores, decidió nombrar un nuevo rey, Pedro IV, de origen portugués -lo que acabó en una guerra civil.
Pero este rey, que no fue aceptado por la Corona de Aragón, se reveló muy distinto de lo que la nobleza barcelonesa esperaba. Su programa político se expuso en el retablo del altar mayor, obra del pintor Jaume Huguet, en la capilla palatina (la Capilla de Santa Ágata o Águeda): su efigie, a los pies del niño Jesús, estaba flanqueada por las imágenes de Catalina de Alejandría y de San Sebastián.
La presencia del santo era lógica: Barcelona hacia salido del la peste negra gracias a la intervención del santo.
Mas, ¿Catalina de Alejandría?
Esta santa no era extraña en Barcelona: un gran Monasterio le estaba dedicado -así como una iglesia. El barrio que lo rodeaba acogía distintas sedes de enseñanza (estudios mayores, catedralicios y municipales, precedentes de la Universidad).
En efecto, la Santa (que nunca existió), se había enfrentado al emperador Romano. Afirmaba que la sabiduría estaba del lado de los Cristianos. Formada en la biblioteca Alejandrina, retó en esta ciudad a los sabios que formaban parte de la corte imperial. Y los venció. Furioso, el emperador mandó que fuera torturada.
Desde entonces, Catalina de Alejandría fue retratada con ls instrumentos de tortura, y un libro, fuente del saber. Por esto, se convirtió en la patrona de los estudiantes, universitarios en particular. Katharos, en griego, significaba pureza. En Catalina la pureza, la luz, se asociaba con la sabiduría, la capacidad de echar luz y disipar la oscuridad: la luz era símbolo de elevación, de rectitud; de ella emanaban los valores que daban sentido. Es así que Catalina presidía el barrio de Santa Catalina en Barcelona que acogía las sedes de los estudios superiores.
El rey Pedro I quiso apoyar la sabiduría y la sanidad.
Lejos quedan los actuales gobernantes de estos programas.
¿Quién se acuerda de la santa patrona de la universidad, fuera y dentro de ésta?
Agradecimientos al deslumbrante guardia de la Capilla de Santa Águeda por sus esclarecedoras y precisas explicaciones.
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