sábado, 10 de julio de 2021

CÁTULO (87-57 aC): HOMBRES Y DIOSES SEPARADOS (CANTO 64)

"Puesto que antes, cuando la piedad no era todavía despreciada,

solían visitar los habitantes del cielo, en persona, las castas

moradas de los héroes, y mostrarse en la reunión de los mortales.

Con frecuencia el padre de los dioses, volviéndose a mirar

desde su templo refulgente, como hubieran llegado los sacrificios anuales

con sus días festivos, contemplaba tumbar cien toros en la tierra.

Con frecuencia el dios Líber, que vaga por la cumbre más alta del Parnaso,

conducía a las vociferantes Tíadas, servidoras de Baco, de sueltas cabelleras,

porque los habitantes de Delfos, precipitándose en tumulto desde toda la ciudad,

felices, habían recibido al dios en altares humeantes.

Con frecuencia, en el mortífero certamen de la guerra, Mavorte, el dios Marte,

o la virgen Ramnusia, diosa de la Venganza, o la señora del rápido Tritón, la diosa Minerva,

exhortaban, en persona, a las armadas multitudes de hombres.


Pero después la tierra fue empapada por el nefando crimen,

y todos ahuyentaron la justicia de la mente codiciosa:

los hermanos tiñeron sus manos con la sangre fraterna,

dejó de llorar el hijo a los fallecidos padres,

el padre deseó los funerales de su hijo primogénito

para apoderarse, ya libre, de la virtud de su futura nuera, la madrastra virgen,

y la sacrílega madre, deslizándose bajo su hijo incauto,

no temió, sacrílega, deshonrar a los divinos ancestros.

Todo, lo pío y lo impío, confundido en pasión malvada,

apartó de nosotros el justiciero espíritu de los dioses

por lo que ya no se dignan visitar reuniones tales,

ni permiten ser alcanzados por la luz clara del día."


Con la definitiva separación entre dioses y hombres, debida a la maldad humana, concluye el célebre canto 64 del poeta latino republicano Cátulo, que ni siquiera añora los felices tiempos pasados. Simplemente constata lo que ha acontecido fatalmente, y sin posibilidad de redención.



3 comentarios:

  1. Qué grande Catulo.

    En una proyección siglo XX de aquella Roma en la que vivió te recomiendo con entusiasmo "Los idus de marzo", una novela de Thornton Wilder. Allí aparece con muchos otros personajes.

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