sábado, 17 de julio de 2021

La lección de Atenas


"Comunicamos sin pesadumbre unos a otros nuestros bienes particulares, y en lo que toca al gobierno y al bien común no infringimos cosa alguna, no tanto por temor al juez cuanto por obedecer a las leyes, sobre todo hechas en favor de los que son injuriados, y aunque no lo sean, causan afrenta al que las infringe (...)

Nosotros permitimos que nuestra ciudad sea común a todas las gentes y naciones, sin vedar ni prohibir a persona natural o extranjera ver ni aprender lo que bien les pareciere, no escondiendo nuestras cosas aunque pueda aprovechar a los enemigos verlas y aprenderlas (...)

Más queremos el reposo y sosiego cuando no somos obligados por necesidad que los trabajos continuos, y deseamos ejercitarnos antes en buenas costumbres y loable organización que vivir siempre con el temor de las leyes, de manera que no nos exponemos a peligro pudiendo vivir quietos y seguros, prefiriendo el vigor y fuerza de las leyes al esfuerzo y ardor del ánimo. Ni nos preocupan las miserias y trabajos antes que vengan. cuando llegan las sufrimos con tan buen ánimo y corazón, como los que siempre están acostumbrados a ellas (...)

Procuramos ganar amigos haciéndoles beneficios y buenas obras antes que recibiéndolas de ellos, pues el que hace bien a otro está en mejor condición que el que lo recibe para conservar su amistad y benevolencia, mientras que el favorecido sabe muy bien que con hacer otro tanto paga lo que debe. También nosotros solos usamos de magnificencia y liberalidad con nuestros amigos, con razón y discreción, es decir, por aprovechar sus servicios y no por vana ostentación y vanagloria de cobrar fama de liberales."

(Tucídides: "Discurso fúnebre de Pericles", Historia de la Guerra del Peloponeso, II) 


Y si volviéramos a los clásicos....


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