Es una casa, que el viento, las olas y los barcos saludan de cerca o a lo lejos. Pasan las ballenas a lo lejos y se deslizan, menguantes, los icebergs.
Una casa donde mora el farero, y su mujer.. Su recién nacida hija también, así como los ocasionales náufragos apenas rescatados de la tormenta.
Mas, llega tormenta perfecta: la automatización. Y el farero, su mujer y su hija toman un barco sin retorno.
Una isla rocosa empequeñecida, un faro que se creía para siempre. Sigue guiando los barcos, oteado, desde la costa por el farero sin nada ya que hacer.
Un hermoso cuento escrito e ilustrado por la artista australiana Sophie Blackall.
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