martes, 18 de septiembre de 2012
Jul (Julien Berjeaut, 1974): Silex and the City. Capítulo: Cessez le feu! (2012)
Cessez le feu ! - Silex and the city por silexandthecity
Silex and the City, del dibujante francés Jul, es la reciente serie animada de más éxito en Francia hoy. La presenta la cadena de televisión europea Arte.
Documenta 13, o la vida de los objetos (estatuillas femeninas de Bactria, 2500 aC)
La idea principal no siempre estaba bien explicada, o la selección de obras no acababa siempre de cuadrar con el tema enunciado; la lista de artistas era excesiva; la presencia de éstos, en ocasiones, residía en causas no artísticas (provenían de países o regiones con conflictos, como Afganistán, o el Sahara marroquí, o respondían a la sacrosanta trinidad: mujer-negra-lesbiana); los textos podían ofrecer lecturas forzadas (cuesta interpretar las estilizadas y "arquetípicas" cerámicas de Cumella como una resistencia muda a los sombríos años del franquismo); y, sin embargo, la recientemente clausurada Documenta 13, de Kassel (Alemania), ha mostrado que el arte puede cumplir funciones en las que no siempre se ha caído.
La inclusión de unas estatuillas de Bactria, en una muestra de arte de vanguardia, puede sorprender. Sin embargo, daban la clave de la muestra.
Ésta se centraba en la importancia del objeto: objeto poseído, que denota nuestra relación con las imágenes en la que nos proyectamos o que simbolizan nuestra visión de la vida; que, de algún modo, nos curan o nos consuelan; objeto, en ocasiones, insignificante, pero digno, porque digna es la vida que lo ha creado, que lo ha atesorado, y que se ha dignificado o ha recuperado la dignidad precisamente gracias a la creación o la posesión de un objeto, al aprecio suscitado, que ha devuelto a la vida al creador, al poseedor, y al mismo objeto revitalizado, como si el ser humano, y el objeto, en perfecta comunión, hubieran encontrado su lugar en el mundo.
Las estatuillas de Bactria fueron halladas en los años setenta. Provienen de tumbas situadas entre Afganistán, el norte de Irán, y ex-repúblicas soviéticas como Turkmenistán. Su descubrimiento no siempre es claro. Suelen tener unos cuatro mil setecientos años de antigüedad. Representan a mujeres o a diosas. Su aparición en el mercado constituyó una revolución; gustaron, y gustan mucho, son las antigüedades más cotizadas hoy, se encuentran sobre todo en colecciones privadas (como las que se incluyen en la Documenta 13, y ha dado lugar a falsos.
La comisaria de la Documenta 13, Carolyn Christov-Barkargiev, plantea algunas preguntas sobre estas piezas: ¿por qué han llegado, tan enteras, hasta nosotros? Su supervivencia, desde Centro-Asia, habla de la habilidad y el cuidado con la que los tallistas engastaron las piezas, talladas en dos tipos de piedra; hablan del aprecio que debieron suscitar, puesto que fueron depositadas como ofrendas en tumbas. Quizá la "magia" o el encanto que emanaba de esas figuras las preservó. Pero también han llegado hasta nosotros porque han logrado conectar con nosotros. Logran derribar las barreras del tiempo. Son, al mismo tiempo, antiguas y modernas; el tiempo se anula. Son frágiles y fuertes. Son un símbolo del sentimiento que los objetos y los materiales despiertan, de la atención que han recibido y que merecen. No son piezas obradas con materiales preciosos. Son de pequeño tamaño: caben en una hueco en la tierra. O en el cuenco de la mano. Son decorativas. Pero algo emana de ellas. Respiran tranquilidad. Deben de ser guardianas -casi todas son figuras femeninas-, sentadas para la eternidad, sin que el tiempo parezca afectarles ni asustarles. Simplemente están allí, aquí. Atraen las miradas. Suscitan el deseo. Devuelven a la vida, devuelven la vida a los sentidos y los sentimientos.
No cumplen ninguna función, salvo la de mantenernos en vida, deseando protegerlas, como si la vida de estas figurillas, y la nuestra, dependiera de su presencia y de la relación que se establece entre ellas y nosotros.
Éste es, precisamente, el tema de la Documenta 13: la capacidad de determinados objetos, modestos, casi anónimos, de darnos una vida que, quizá, sin ellos, nunca habríamos alcanzado, ni soñado, siquiera.
jueves, 13 de septiembre de 2012
Maryam Mohajer (1977) : And life went on (Y la vida siguió) (2007)
Los hechos acontecen en Teheran (Irán), durante la guerra entre Iraq e Irán, en 1985.
Premiado en el Festival Corto di Donne de Nápoles en 2008
Pop Art catalán: la fabrica Tipel en Parets del Vallés, y algo Mas
Algunos de los automovilistas que circulan por la autopista C-33 entre Barcelona y Gerona quizá recuerden, a la altura de Parets del Vallés, cerca de la salida de Barcelona, a mano izquierda, yendo al norte, una edificio de formas convencionalmente paralelepipédicas, alargado, de dos plantas, cuyas paredes, empero están recubiertas por coloristas motivos que recuerdan al largometraje de dibujos animados Yellow Submarine, de las que incluso sobresalen alargados globos semejantes a los de las viñetas de un cómic.
Estos murales fueron realizados por los pintores Rafael Bartolozzi (1943-2009) y Eduardo Arranz Bravo (1941), en 1968, y se consideran una de las primeras y mejores muestras de Pop Art en España.
Las "frescos", realizados con pintura industrial aplicada sobre el enlucido de la pared, son difíciles de mantener, y tuvieron que ser restauradas íntegramente hace diez años, necesitando de nuevo una rehabilitación, sobre todo porque el edificio, una modesta nave industrial, está vacío y abandonado.
Las pinturas fueron encargadas por el fundador de la empresa, que por el aquel entonces se llamaba Tipel, dedicado a la peletería, Isidor Prenafeta, que había estudiado Bellas Artes. El conjunto sorprendió tanto que estuvo a punto de ser derribado con la excusa que podía distraer a los automovilistas. El Pop Art aún era mirado con cierto recelo por cierta burguesía y políticos necesariamente franquistas.
Una mala gestión financiera, fruto de una excesiva expansión, junto con vertidos contaminantes al río, llevaron a la empresa a la quiebra y al cierre en 1992.
La dirección financiera, entre 1988 y 1992, estuvo a cargo de Artur Mas (aunque este dato no se considera relevante en su biografía). En la empresa trabajaba también Jordi Pujol Ferrusola, hijo de Jordi Pujol y Marta Ferrusola. Un sobrino del fundador de la empresa, Lluis Prenafeta, llegaría a ser Secretario General de la Presidencia de la Generalitat, encabezada por el Muy Honorable Presidente Jordi Pujol, y hoy está encarcelado por el caso de corrupción urbanística y blanqueo de dinero, conocido por caso Pretoria, sentenciado en 2009.
Posteriormente, Artur Mas fue nombrado, en 1993, consejero de la empresa la Seda de Barcelona, que acabó cerrada tras descubrirse desvíos de ingentes cantidades de dinero y facturas falsas.
Desde luego, El Presidente de Cataluña, Artur Mas tiene razón: Cataluña sufre un expolio financiero.
La historia del arte es fascinante.
Top of the Pop.
Labels:
El sueño de una sombra,
Modern Times
miércoles, 12 de septiembre de 2012
Caravaggio y el Caravagismo
La extraordinaria exposición Caravage et le Caravagisme européen. Corps et ombres, que presenta el Museo Fabre de Montpellier (Francia) hasta el 14 de octubre, plantea un tema que, posiblemente, deba ser nuevamente tenido en cuenta: la importancia de un solo artista en un cambio drástico en el arte (de la representación) y en la manera de mirar el mundo.
La noción de genio, individual, solitario y excesivo, que se impuso a partir del siglo XVIII (aunque ya Vasari, en el siglo XVI, señalaba el papel de algunos artistas "superiores" en la "evolución" del arte de la pintura hacia una mejor reproducción de la naturaleza) ha caído en desuso. El arte evoluciona debido a causas complejas, económicas, sociales, a la interacción entre artistas y clientes, etc.
Sin embargo, esta muestra cuestiona esta lectura. La figura de Caravagio determinó la historia del arte occidental durante un siglo al menos. El arte de Caravagio, extremadamente religioso -pero cuya transcendencia no desdeñaba la realidad prosaica, la inmanencia vital-, entró en conflicto con la idealización de los Carracci en Bolonia. Éstos pintaban figuras, en sobrias poses, que rememoraban las estatuas clásicas. Caravagio, por el contrario, apenas dibujaba. Utilizaba, posiblemente, una cámara oscura para plasmar complejas composiciones en un plano. Los temas eran terribles: la decapitación de Juan Bautista, el Prendimiento de Cristo. Es muy posible que no los escogiera él. Pero le escogían porque sabían que podría reflejar la terrible verdad de esas escenas. Sus modelos parecían provenir de la calle -o provenían de verdad-. No poseían las mesuras de los dioses olímpicos. Las facciones, en ocasiones, se asemejaban a las que deformaban las figuras renacentistas alemanas, desconocedoras o desdeñosas de la frialdad y la inexpresividad de la estatuaria clásica. La carne que Caravaggio pintaba era carne, no marfil.
Esta búsqueda de lo divino en lo humano, tan alejado de la estilización manierista, hubiera podido pasar desapercibida o fracasar. Por el contrario, trastocó el arte de la representación: temas y maneras cambiaron. Una pléyade de artistas, que en ocasiones intimaron con él, o al menos lo conocían (lo admiraban o lo envidiaban, y la causaban placer por el respeto o irritación por un superior dominio de la técnica) quedaron influidos por las obras y las maneras de Caravaggio. Pintores españoles, franceses, italianos y norteños, formados en Italia (Nápoles, Sicilia, Roma), o conocedores, directa o indirectamente, de la obra de Caravaggio, empezaron a tratar temas semejantes, de un modo parecido: escenas excesivamente crueles, incluso para el gusto tardo-manierista, a través de figuras nada idealizadas, parecidas supuestamente a unos don nadie de la calle, en medio de una atmósfera opresiva o glauca.
La pintura italiana, y europea, en gran parte, se dividió en dos grandes corrientes, la de los Carracci, y la de Caravaggio, que mostraron dos maneras de abordar la realidad, y dos realidades dignas de ser abordadas. El arte de Caravaggio se extendió hasta el romanticismo; la idealización de los Carracci marcará incluso el retorno al orden de los años veinte.
Fue un solo artista que logró imponer su punto de vista. Gozó de apoyos importantes, sin duda. Y tenía un prodigioso talento y, sin duda, el don de las relaciones -aunque la cólera, en ocasiones, le cegó. Era muy superior a la mayoría de sus imitadores -salvo Ribera, Velázquez y, en parte, Zurbarán, que no empalidecen (sí lo hace Guido Reni, por ejemplo). Sin Caravaggio, muy posiblemente, el arte europeo hubiera tenido una historia muy distinta. El arte bajó del pedestal. Para bien, o no.
Velázquez: Santo Tomás (patrón de los arquitectos)
lunes, 10 de septiembre de 2012
Suscribirse a:
Entradas (Atom)