Cínicos eran denominados unos pensadores que se reunían un un espacio sagrado, llamado Cinosargo (que significa perro luminoso) dedicado a su héroe, Heracles, adorado porque siguió su camino sin aceptar órdenes ajenas, un cambio que emprendió porque tenía que seguirlo, ya que le llevaba a una purificación, a la prosecución del bien, perseguido no por los posibles beneficios que pudiera aportar, y la mejora o exaltación de la imagen público, sino por el deber: es así como se tenia que actuar, fuera de las convenciones y los caminos trillados, siempre seguros; actuar con seguridad, buscando la seguridad es actuar en pos de la tranquilidad, sin hacerse preguntas, aceptando normas convenidas. Heracles, por el contrario. luchó con todas clase de monstruos, externos e internos, y de ésta lucha consigo mismo, con sus miedos, salió renovado. El santuario de Heracles relacionaba al héroe con un perro, una relación lógica y significativa: la última y definitiva tarea hercúlea que le fue infligida al héroe, de la que no tenía que salir con vida, ante la que se acobardaría, pero tras cuya resolución pudo demostrarse a sí mismo que ningún obstáculo le encogería el ánimo, consistió en sacar al can Cerbero, el perro del dios Hades del Averno, de las profundidades infernales y amaestrarlo, a fin que pudiera proteger desde entonces las moradas de los humanos.
Hoy, curiosamente, el cinismo designa la actitud desvergonzada, el desprecio de las normas sociales a fin de satisfacer apetitos (económicos, por ejemplo, o de poder), socavando los lazos y principios que mantienen unidas a las comunidades. El cinismo solo busca el interés personal burlándose de las necesidades y los valores ajenos.
Un anuncio, hoy, promete edificar el sueño de una vida en una parcela (tener la casa de los sueños)
La parcela es:
La empresa promotora o constructora tiene un nombre que remite a la Grecia antigua y recuerda al sustantivo hipogeo, que evoca a un monumento perdurable. La imagen es ensoñadora.
Mas, la empresa es
E, hipogeo, en griego designa a un espacio abovedaos donde se amontonan cadáveres.
Un verdadero sueño