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domingo, 17 de noviembre de 2024

PAUL RUDOLPH (1918-1997) O ZIGURATS EN EEUU











































 Fotos: Tocho, noviembre de 2024


Los  norteamericanos tuvieron la suerte que el arquitecto norteamericano Paul Rudolph fuera un gran dibujante y tuviera un estudio con excelentes dibujantes, y que apenas lograra construir -lo poco que construyó, se ha derribado debido a la deficiente construcción prefabricada de hormigón, de muy difícil mantenimiento, y solo un par de obras que merezcan ser preservadas se mantienen en pie. 
Proyectos mastodónticos con volúmenes siempre inspirados por los zigurats mesopotámicos hubieran atravesado la trama urbana de manera inmisericorde,  abriendo brechas colmadas por cadenas montañosas artificiales donde bloques y vías rápidos hubieran zigzagueado por las ciudades hasta el horizonte.
Mas, estas pesadillas urbanísticas y arquitectónicas constituyen, en cambio, dibujos fascinantes, en los que destacan las representaciones de seres vivientes, humanos y animales, que contrastan con la grandiosidad y la dureza de los volúmenes. Son figuras convertidas en espectros, que nacen del súbito temblor de las delicadas líneas rectilíneas que componen la matizada iluminación, los claros oscuros de estancias y volúmenes. De pronto, unas pocas líneas se enroscan, se retuercen, se alzan y descienden como un animal serpenteante, antes de regresar a su forma recta y tersa. Estás circunvalaciones configuran figuras espectrales, particularmente adecuadas, pues en las fantasías futuristas de Paul Rudolph solo cabían seres descarnados, sin rostro ni presencia, sombras o vibraciones de figuras casi invisibles, como si los volúmenes alucinados fueran, en verdad, tumbas o cenotafios.

Una deslumbrante exposición en el museo metropolitano de arte de Nueva York (MET),  recuerda a esta arquitecto visionario que deja un reguero de imágenes de lo que podo ser y, por suerte, no fue, que solo se disfrutan en el papel.



miércoles, 11 de septiembre de 2024

El cuarto de los niños







 







 

La verdad exposición monográfica de la olvidada pintora Rocío de Velasco (1904-1991), en el museo Thyssen-Bornemisza en Madrid está a punto de concluir

Presenta una de las obras maestras del arte español del siglo XX: El cuarto de los niños. Un óleo de pequeñas dimensiones, pintado como si fuera al temple, en 1933: un cuadro que retrata silencio, concentración y ensimismamiento.

Muestra, desde la altura de un adulto,  a un niño de espaldas, estirado en el suelo, rodeado de juguetes de madera dotados de ruedas, un libro y cuerpos geométricos de madera pintados de colores vivos -cubos y un icosaedro-, enfrascado en un juego de construcción también de madera. Levanta con cuidado una torre paralelepipédica, apoyada sobre un cuerpo bajo, con incierto equilibrio.

Toda la composición evoca un mundo de sueño poblado solo por sencillos juegos infantiles, que se descubre a través de la ventana del cuadro. El niño se desentiende de lo que acontece fuera de su mundo.

Rocío de Velasco fue una gran ilustradora de olvidados cuentos infantiles en los años treinta -escritos por la poetisa María Teresa León, pareja de Rafael Alberti-, con viñetas que recuerdan las miniaturas persas. 

Pocas obras suyas se conservan o se conocen.

De hecho, una exposición en 2004 en Barcelona presentó el equivalente adulto de El cuarto de los niños -una pareja, Adán y Eva, estirada en la hierba, absorta en sí misma. El préstamo no ofreció ningún impedimento: Rocío de Velasco era una artista casi desconocida, y su obra ninguneada, pese a que bebía de la nueva objetividad alemana. Ninguna otra  institución podía interesarse por esta obra. 

La guerra civil truncó la carrera de Rocío de Velasco. Su pintura decayó. Así como su nombre. 

Los cuadros El cuarto de los niños, y Cosas -objetos insignificantes desperdigados en una mesa en otra habitación, acaso la misma- hoy deslumbran, antes de volver a desaparecer.

Rocío de Velasco, tras la guerra, pintó en pueblos costeros de Cataluña (Llsvaneras, Vilanova y la Geltrú). Murió olvidada en Barcelona.

El Museo Nscional de Arte de Cataluña ha preferido exponer a la pintora francesa Susanne Valadon -menor, pero con una vida marcada también a las guerras del siglo XX, y el menosprecio que sufrieron las artistas que no atendieron a moldes.

https://www.museothyssen.org/exposiciones/rosario-velasco


domingo, 7 de julio de 2024

ED RUSCHA (1937): POOLS SERIES (SERIE DE PISCINAS, 1998)













La serie de fotografías que el artista norteamericano Ed Ruscha tomó y publicó en los años noventa es vagamente deprimente. 
Piscinas sin gran encanto, construidas en serie, según modelos establecidos. Son de tamaño medio, rectas o arriñonadas, sin “personalidad”. Ubicadas, encajonadas en parcelas pequeñas, casi patios traseros, de casas familiares suburbiales norteamericanas, presentan aguas no siempre transparentes. Casi que se diría que estas piscinas están (o han sido) abandonadas.
Evocan un final de verano, una atmósfera triste pese al sol, el césped y la propia piscina, el sueño húmedo de todos los que vivimos en ciudad.
Es como si Ruscha revelara la grisura de un romo sueño de ocio; una aspiración mediocre que trata de remedar la vida de indolencia de la clase aristocrática. Piscinas que son espejos de nuestras posibilidades y ambiciones.
Una excelente manera de empezar el estío.