Mostrando entradas con la etiqueta Arte clásico. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Arte clásico. Mostrar todas las entradas

sábado, 28 de junio de 2025

JAN JANSZ MOSTAERT (1475-1552): PAISAJE CIN UNA ESCENA DE LA CONQUISTA DE AMÉRICA (1535)



 Foto: Tocho, Rijksmuseum, Ámsterdam, junio de 2025


Paisaje con una escena de la conquista de América, o Paisaje de las Indias Occidentales, del pintor flamenco Jan Jansz Mostaert, es uno de los cuadros renacentistas más importantes y una obra clave del arte occidental.

Se trata de la primera imagen gráfica europea de la conquista de América, pintada unos cuarenta años más tarde de la llegada de Cristóbal Colón al Caribe.

La representación no se basa en ningún hecho histórico. El paisaje es inventado, imaginario. Además, los nativos no iban desnudos en la realidad, un dato ya conocido.

La inclusión de desnudos solo acontecía en la pintura mitológica y en escenas religiosas, especialmente en imágenes de Adán y Eva.

La composición muestra el terror de los nativos desnudos, armados de arcos y flechas ante el desembarco de soldados vestidos con corazas y con armas de fuego cargadas. El contraste  entre la desnudez y el cuerpo acorazado, y entre el avance inmisericorde y la huida desesperada de madres -una escena que remite a la matanza de los inocentes- es sobrecogedor.

La matanza no ha empezado. Pero se intuye.

El enfrentamiento se percibe entre oponentes de muy desigual situación. 

La desnudez podía ser percibida como signo de barbarie, o de inocencia. Mostaert opta por la pureza -y el desvalimiento.

Cincuenta años antes que los Ensayos de Míchel de Montaigne, Mostaert, en una composición perturbadora, representa a los conquistadores europeos como máquinas de guerra y a los pobladores nativos como “buenos salvajes”, hombres, mujeres y niños edénicos que nada tienen que esconder, tratados como víctimas sacrificadas.

 El ideal del hombre renacentista como centro y medida del mundo se derrumba, no solo como un preludio de las devastadoras guerras de religión que asolarán Europa en la segunda mitad del siglo XVI y gran parte del siglo XVII, sino como la evidencia de la segunda destrucción del Edén que Colón creyó hallar en las islas caribeñas.




jueves, 5 de septiembre de 2024

Santa María Magdalena, que estás en los cielos….





 Anónimo: Ascensión de María Magdalena, 1506-1507. Ferrara, Pinacoteca Nacional

Foto: Tocho, septiembre de 2024


María Magdalena, la sensual pecadora, de quien Jesús se prendió pero a la que también rechazó (“Noli me tangere” ó “No me toques”),   ¿ascendió a los cielos, como Cristo o como su madre?

Cuenta una leyenda que María Magdalena se retiró al desierto para expiar sus pecados. 
Mas Cristo no lo permitió.
 Así cuando se cumplía la hora séptima de cada día, ángeles descendían para elevar a María Magdalena a los cielos a fin que se alimentara espiritualmente.

Este hermoso y extraño cuadro renacentista ferrarese muestra a seis ángeles transportando a María Magdalena hasta las puertas del cielo guardadas por dos ángeles, ante la mirada sorprendida de un solitario sabio oriental, entre manifestaciones de mansedumbre y de paz encarnadas en pequeños y quietos animales (una paloma y un conejo), en medio de un paisaje desolado, lacustre o marítimo.
El cuadro, de gran tamaño, colgado de frente a los visitantes, impone una silenciosa sensación de extrañeza y de insólita tranquilidad 

lunes, 2 de septiembre de 2024

CARLO SCARPA (1906-1978): GLIPTOTECA MUSEO CANOVA (POSSAGNO, 1955-1957)






























 Fotos: Tocho, septiembre de 2024


Que un montaje de exposición permanente, como el montaje de Carlo Scarpa para la casa natal del escultor italiano neoclásico Canova, convertida en museo, no aparezca envejecido setenta años  más tarde y no necesite reformas dice mucho sobre la adecuación a la obra, la calidad y sobriedad de las vitrinas, el juego con la luz natural -que el yeso, la arcilla y el mármol permiten- y la perfecta ubicación de las esculturas -esculturas abocetadas y estatuas concluidas- en el espacio expositivo.

Sin duda las vitrinas son de los años cincuenta. Es evidente. Y causan admiración. Así como el juego entre la blancura de las obras y de las paredes, barridas por zonas aún más luminosas gracias a las pocas aperturas ubicadas en lo alto de las esquinas de las salas que proyectan luz sobre las paredes que las reverberan sobre las estatuas.

Éstas ocupan todo el considerable volumen de las salas: se ubican a distintas altura, se apoyan en ménsulas, se disponen en peanas o se recogen en vitrinas que recuerdan a relicarios, unidas todas por el mismo color y la luz. Las esculturas se miran, se disponen formando un ángulo o se dan las espalda, independientemente de su tamaño. Se relacionan sin perder su individualidad al que el montaje y la iluminación refuerzan. 

El público circula entre las obras con la extraña sensación de invadir un espacio sagrado.


https://www.museocanova.it/