“ (…) 161 Habiendo oído esta orden, los dioses se llenaron de alegría
162 y en la Sala de las Deliberaciones se comunicaron su consejo:
163 «¡De nuestro hijo, héroe y vengador,
164 de nuestro proveedor, ensalcemos sus nombres nosotros!».
165 Y sentándose en su asamblea proclamaron sus destinos
166 para que en todas las ceremonias se invoque de él [Marduk, el dios padre de Babilonia, creador del mundo y de los hombres, a quien se cantaba durante las fiestas de año nuevo, cuyos distintos epítetos enunciaban sus poderes y sus múltiples facetas] un nombre diferente.
Tablilla VII
1 (10) Asari: que otorgó el cultivo, que estableció el lindero de los campos,
2 el creador del grano y del cáñamo, el que hace crecer la vegetación.
3 (11) Asar-alim: que es importante en la Sala del Consejo, adonde aporta su opinión,
4 a quien los dioses respetan y que ignora el temor.
5 (12) Asar-alim-nunna: el venerable, luz de sus padres y progenitores,
6 que lleva a cabo los decretos de Anu, Enlil y Ea, el príncipe.
7 Él es su proveedor, quien les asigna sus porciones,
8 él, quien, para el bien del país, multiplica la abundancia de los campos.
9 (13) Tutu: el que realiza la renovación,
10 que ha liberado sus santuarios para que estén llenos de ocio,
11 que crea el encantamiento para que los dioses se apacigüen,
12 y que, incluso si ellos se lanzaran con cólera, retrocederían.
13 Verdaderamente, él es el supremo en la asamblea de los dioses, sus [padres],
14 ninguno se pude [igualar] a él entre los dioses.
15 (14) Tut-zi-ukinna: vida de la hueste [de los dioses],
16 que fundó para los dioses el claro cielo,
17 que se encarga de su existencia y que les asigna [sus lugares].
18 ¡Que [se recuerden sus] proezas, inolvidablemente, entre los seres humanos!
19 (15) Tutu-zi-ku le llamaron en tercer lugar: el mantenedor de la purificación,
20 el dios del soplo benefactor, señor que escucha y es benevolente,
21 el que hace nacer la abundancia y la plenitud, que consolida la prosperidad,
22 el que vuelve abundante todo aquello que era escaso,
23 cuya soplo benefactor hemos respirado en la dolorosa desgracia.
24 ¡Que se digan, que se exalten, que se canten sus alabanzas!
25 En cuarto lugar, que la humanidad lo glorifique como (16) Tutu-aga-ku:
26 el señor de la encantación pura, que hace revivir a los muertos,
27 que ha tenido compasión de los dioses vencidos,
28 que ha quitado de los dioses hostiles el yugo impuesto a ellos
29 y que para redimirlos creó la humanidad;
30 el misericordioso en cuyo poder está el dar vida.
31 ¡Que su gesta permanezca y que no sea olvidada
32 en la boca de los cabezas-negras, a los que sus manos han creado!”
Fragmento del Enuma Elish (que significa Cuando en lo alto, y son las primeras palabras del Poema de la Creación babilónico, que dan nombre a la obra), compuesto a finales del segundo milenio.
El poema mitológico cuenta la creación del mundo, el ascenso del dios Marduk (hijo del dios de la arquitectura Ea, primer arquitecto del mundo cuya obra será completada y gestionada por su hijo) a la cabeza del panteón.
Dicho poema se recitaba, al menos parcialmente, durante las fiestas de año nuevo, que tenían lugar, durante una semana, cuando los inicios de la primavera, para recordar al dios que del mismo modo que en los inicios creo o completó el mundo y lo dotó de vida, ahora que la tierra yace yerma tras el invierno, debe acordarse de intervenir nuevamente, como si fuera la primera vez, para reactivar el universo, disponiéndolo de modo perfecto como en los inicios. Y Marduk, atento y generoso, escuchaba al parecer las plegarias de la comunidad.
Qué Marduk vuelva a atender a las súplicas humanas en este convulso fin de año.
El año nuevo occidental atiende más al solsticio de invierno que al equinoccio de primavera. Ambas fechas han sido tradicionalmente consideradas como fechas de renovación del mundo, necesitado de una intervención divina, que se tenia que implorar, para poner fin al lento e implacable declinar de las horas de luz ante el avance de la noche, o para reverdecer la tierra tras meses de sequía y tierra estéril.