La conferencia de prensa tuyo lugar hace un par de días en los Estados Unidos. Se publicó un comunicado de prensa. Y hoy casi todos los periódicos del mundo (salvo el New York Times) lo acaban de anunciar, lo que una ponencia del conocido arqueólogo Glenn M. Schwartz (1954), de la Universidad John Hopkins en Baltimore, en el congreso de la American School of Oriental (Overseas) Research, que tiene lugar en Boston, ha corroborado. Se podría haber hallado signos alfabéticos en fragmentos cerámicos del 2400 aC, quinientos años de las hasta ahora primeras muestras de escritura alfabética, lo que obligaría a cambiar o matizar la historia de la humanidad -o la entrada en la historia de la humanidad.
Sin embargo, estos tres fragmentos cerámicos en los que aparecen grabados tres líneas con cinco signos o dibujos distintos, fueron hallados hace veinte años en una tumba situada en el noreste de Siria, no lejos de una importante ciudad del tercer milenio aC, Ebla, conocida por su biblioteca real que atesoraba tablillas escritas con signos cuneiformes (y no alfabéticos)..
La excavación cuidadosa pudo rescatar unos fragmentos que probablemente hubieran pasado desapercibidos, como es posible que haya ocurrido anteriormente.
Desde entonces, los filólogos han ido poco a poco interpretando estos signos, no como motivos ornamentales, sino como una escritura alfabética. La probable repetición de signos, junto con el parecido con letras de unos primeros alfabetos, y con jeroglíficos -que están, en efecto, en el origen de ciertas letras- podría apoyar esta interpretación. Sería una escritura alfabética de una lengua semítica.
La localización cerca de una ciudad como Ebla, que mantenía relaciones económicas con el Egipto faraónico, incidiría en esta lectura.
La complicación de la escritura cuneiforme mesopotámica, sobre todo para breves anotaciones comerciales, podría explicar que se hubiera recurrido a una escritura alfabética de nuevo cuño, en vez de los signos cuneiformes habitualmente utilizados en el Próximo Oriente hace cinco mil quinientos años.
¿Qué cuenta el texto -si es un texto? Se desconoce. Se lee seguramente de derecha a izquierda.
¿Por qué no se han encontrado más pruebas? Quizá por su insignificancia hayan podido no atraer la atención de ningún arqueólogo.
Arqueólogos y filólogos suelen estar en la greña. En este caso, sin embargo, se da un cierto acercamiento , quizá un acuerdo sobre qué podrían ser y significar estas incisiones y cómo podrían descifrarse, si son letras de un alfabeto.
La situación en Siria impide, por ahora, nuevas excavaciones que ayuden a asentar una interpretación, basada en unos fragmentos con muescas que parecen intencionadas, que implique releer la historia.