domingo, 27 de febrero de 2022
GRIGORI KOZINTEV (1905 -1973) & LEONID TRAUBERG (1902-1990): LA NUEVA BABILONIA (Новый Вавилон, NOVYY VAVILON, 1929) - GRIGORI KOZINTEV & IOSIF SHAPIRO (1907-1989): HAMLET (1964)
martes, 22 de febrero de 2022
DAN GRAHAM (1942-2022): EL DESCONCIERTO - ROCK MY RELIGION (CONCIERTO, 1983- 1984) & HOMES FOR AMERICA (1965-2010) & LABYRINTHS (1980 - 2022)
LABERINTOS
Rock My Religion from Diogo Tirado on Vimeo.
Cuando el arte contemporáneo incorpora a su colección, obras de arquitectura. caso siempre recurre no a arquitectos sino a artistas plásticos o a escritores que han producido proyectos arquitectos, casi siempre utópicos, o que han escrito sobre arquitectura: Guy Debord (y los Situacionistas, en los años cincuenta del siglo pasado), Constant (y su proyecto New Babylon, de los años sesenta y setenta), Gordon Matta-Clark (un arquitecto, en este caso, célebre por sus cortes efectuados con sierra eléctrica en edificios de madera arruinados y a punto de ser derribados, en los años setenta) y Dan Graham (con su serie fotográfica Casas para América, en los años sesenta, y sus laberintos de vidrio y espejos, construidos en este caso, desde los años ochenta). Han constituido y constituyen la contribución de la arquitectura contemporánea que los teóricos del arte contemporáneo aceptan.
Las tres series de obras de Dan Graham más conocidas constituyen una insólita reflexión o exposición de la pérdida de referentes en la sociedad moderna, y de la pérdida que esto ocasiona. Homes for America, una serie fotográfica, presentada como unos artículos de prensa, se llevó a cabo en un solo estado de los Estados Unidos: filas interminables, perfectamente ordenadas, de casas todas iguales, cubicas, desprovistas de cualquier elemento significativo, que recuerdan tanto el arte minimalista, del que parecen una caricatura, como la pobreza, la falta de ingenio o imaginación, y la despersonalización de la arquitectura moderna que, por un lado, pretende evocar las casas rurales de otro tiempo, como si rehuyeran la vida en la ciudad, y por otro, lo peor de las tramas urbanas que lejos de ordenar el espacio, causan desconcierto por la imposibilidad, en medio de un entorno idéntico en todas las direcciones, de orientarse.
Este carácter laberíntico de estos barrios, en el que es tan fácil perderse, se ejemplifica en los laberintos que Dan Graham ha construido de manera reiterada hasta casi sus últimos días, laberintos de vidrio y espejos que escapan a los laberintos de espejos de las ferias de atracciones por el uso predominante del vidrio; construcciones que casi no se ven, pero que cortan el paso, que despiertan la ilusión de poder ser atravesadas hasta que uno de da de bruces con un muro invisible, dando la sensación a sus visitantes que pueden comunicar pero que no pueden dialogar, solo gesticular vana e incomprensiblemente.
Esta falta de referencias ultramundanas finalmente se explicita en el célebre documental Sacude mi religión (Rock my Religion), que muestra que los conciertos de rock (¿hoy de rap o regueton?), que invitan a la comunión entre los espectadores y con los intérpretes, y al abandono y la pérdida de sí, son la sustitución profana de las grandes comuniones extáticas cuando los rituales del pasado, en los que fieles y ceremoniantes abandonan su individualidad en pos de una fusión con lo que sienten les rebasa.
Dan Graham se esfumó hace unos pocos días.