Dados los temas tradicionales que la fotógrafa mexicana Iturbide escoge -vidas y costumbres de pueblos pre-urbanos o, mejor dicho, ajenos a lo urbano, más que por oposición, por desinterés o falta de necesidad, aún imbuidos de tradiciones precolombinas o sincréticas-, parece difícil calificar a Iturbide de fotógrafa urbana, pero precisamente por su mirada atraída por la pervivencia de tradiciones, puede desvelar imágenes urbanas en las que dichas tradiciones también se hallan presentes, aunque latentes, ofreciendo una visión mucho más compleja y contradictoria, compuesta por capas que remiten a orígenes diversos, nativos y coloniales, revolucionarios, mágico-religiosos, y artesanos.
Una gran exposición en París, recién inaugurada permite descubrir esta gran fotógrafa a quien ya se le dedicó una antológica en Madrid en 2009.