El arquitecto y profesor de arquitectura polaco Wojciechowski debe de ser el primer ilustrador de libros que trabaja con el programa gráfico de arquitectos AutoCAD.
Su segunda novela gráfica, ambientada en Alemania en los años 30, cuenta la ambición de un joven arquitecto racionalista, admirador de Mies van der Rohe y de la Bauhaus, que abomina del estilo neoclásico que el ascendente partido nazi propugna, pero que, a medida que recibe encargos del nuevo régimen, poco a poco va cambiando de estilo y de objetivos hasta soñar con una inmensa cúpula para dirigentes nazis de la que el arquitecto de Hitler, Albert Speer, no hubiera adjurado.
Esta novela sucede a Ciudad Nueva, de hace apenas un año, que también documenta una evolución: la que unos jóvenes arquitectos, en la postguerra europea, en los años 40 y 50, que proyectan una ciudad nueva a partir de las ruinas de la guerra, pero que deben de ir dejando de lado la preocupación por cuidar el pasado como acicate del futuro, en favor de una ciudad sin raíces, y sin alma, en la que hasta los arquitectos, demasiado marcados por los recuerdos, acaban sustituidos por máquinas. Una ciudad de la que Le Corbusier, en los años 30, no hubiera renegado.