martes, 9 de febrero de 2021
GEOFFROY DE CRÉCY (1971): EMPTY SPACES (ESPACIOS VACÍOS, 2020)
martes, 6 de octubre de 2020
MASS DESIGN GROUP: NATIONAL MEMORIAL FOR PEACE AND JUSTICE (MEMORIAL NACIONAL POR LA PAZ Y LA JUSTICIA, 2018)
Apenas accedido bajo cubierta, tras ascender por una colina y sortear filas de bloques de acero Corten dispuestos en el suelo, en filas prietas como ataúdes llegados de un campo de batalla, el suelo desciende en la penumbra bajo innumerables monolitos de acero colgados del techo.
Colgados.
En los años veinte, se colgaban negros que portaran una fotografía de un blanco; en los años treinta, se colgaba a toda una familia negra porque uno de sus miembros había osado pronunciar una palabra juzgada inconveniente ante un blanco; a finales de los años treinta, si un negro caminaba detrás de su "dueña" era colgado; antes, a finales del siglo XIX, una queja por maltrato acarreaba que la mujer negra embarazada fuera colgada por los pies, quemada, su vientre rajado para que el feto cayera y fuera troceado.
Entre 1877 y 1950, años más tarde del fin de la Segunda Guerra Mundial, 4400 negros fueron colgados en el sur de los Estados Unidos, un espectáculo al que se asistía como quien acude, con los niños, endomingado, comiendo golosinas, a una feria ganadera.
El Memorial por la Paz y la Justicia, en la ciudad de Montgomery, en el estado sudista de Alabama, del estudio de arquitectura norteamericano Mass Design Group, está inspirado en dos memoriales: el memorial por los muertos norteamericanos en la guerra del Vietnam, en Washington (1982), de quien era aún una estudiante de arquitectura, Maya Lin, y el memorial por las víctimas del Holocausto, en Berlín (2003-2005), del arquitecto Peter Eisenman, y evoca, alusivamente, la tortura y la muerte, en toda su extensión y horror, con innumerables filas de monolitos de acero Corten, como quemado, despersonalizados, idénticos, sin identidad, como animales despellejados en un matadero, que cuelgan justo encima de la cabeza de los visitantes, rozándoles.
Seguramente el mejor monumento del siglo XXI
jueves, 3 de septiembre de 2020
CARLO AYMONINO (1926-2010) & GABRIELLA BARBINI: ANTIGUOS JARDINES REALES, VENECIA (1806, 2014-2020)
Fotos: Tocho, agosto de 2020
Los antiguos jardines reales, creados frente al mar a un lado de la plaza de San Marcos, en 1806, por orden de Eugène de Beauharnais (1781-1824), hijo adoptivo de Napoleón Bonaparte, nombrado virrey de Italia y príncipe de Venecia por su padre adoptivo, estaban abandonados y cerrados desde hace decenas de años.
Han sido restaurados por el historiador de la arquitectura Carlo Aymonino -se trata de un proyecto póstumo, llevado a cabo por la arquitecta Gabriella Barbini- y abiertos este año.
Uno de los lugares recoletos, en perfecto estado,y más hermosos (delimitado por el mar y un canal posterior, entre la verja y la imponente fachada de las Procuradurías Nuevas, un edificio manierista que acogía a los procuradores o administradores municipales de los distintos barrios de la ciudad -el Palacio Ducal, por el contrario, acogía al gobierno de la República-, convertido en Palacio Real por el emperador francés Napoleón I), sorprendentemente más tranquilos de Venecia. Comprende tan solo vegetación, una pérgola, un invernadero convertido en auditorio y bar, y caminos cubiertos por grava.
martes, 1 de septiembre de 2020
DAVID CHIPPERFIELD (1953): NUEVO CEMENTERIO SAN MICHELE, VENECIA (1998-2017, 2020-)
Fotos: Tocho, agosto de 2020
Cuatro patios a cielo abierto, cuatro claustros más bien, tres de basalto y uno de piedra blanca, delimitados por muros ciegos, a los que se accede por estrechas escalinatas -los recintos no están a nivel del suelo: se alzan levemente del entorno pavimentado- dedicados a los arcángeles. Entre las cajas negras, una plaza arboladas con bancos de piedra.
En las esquinas del pórtico continuo de cada recinto, una bañera de piedra negra con un caño sencillo, para el agua de los pequeños jarrones funerarios. En el interior de los claustros, los nichos, señalados por lápidas, distribuidos en pisos, miran hacia un jardín recoleto verde en el que destaca una amplia pila de la que mana agua que cae, recogida por una acequia que rodea la base de la fuente.
Las formas, las proporciones, los materiales, las texturas o los colores, el rumor del agua, suscitan paz.
Sin embargo, los venecianos siguen prefiriendo el ajado cementerio cercano, alrededor de dos patios renacentistas carcomidos por la humedad.
El cementerio seguirá creciendo en una pequeña isla proxima.