sábado, 14 de octubre de 2023
sábado, 12 de agosto de 2023
WOLFGANG LAIB (1950): ZIGURAT (LA CIUDAD EN SILENCIO, 2022)
Agradecimientos al arquitecto y profesor de arquitectura David Mesa, doctorando en la Cátedra de Historia de la Arquitectura de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Karlsruhe (Alemania) y la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, el habernos descubierto este artista y esta obra, así como el envío de fotografías
El ziggurat: una poderosa escalera al cielo maciza, con siete niveles que evocan los siete estratos del cielo, una montaña artificial en cuya cumbre quizá se ubicara un templo en el que se rememoraba la unión del cielo y la tierra, al tiempo que ofrecía la seguridad que si el mítico diluvio volvía a producirse, como en el primer diluvio, según cuentan los mitos, los humanos volverían a hallar un lugar donde ponerse a salvo y refugiarse a la espera de inevitable descenso de las aguas, cuando la cólera divina hubiera amainado.
Un Zigurat, un asidero, un eje vertical que garantiza el contacto con lo alto, a los pies del cual se ubican templos, palacios y viviendas. Tumbas, también; primeras y últimas miradas, sintiéndose a salvo, bajo la protección del Zigurat.
El zigurat, la obra arquitectónica paradigmática de la cultura mesopotámica , desde finales del tercer milenio. No cabía urbe alguna sin esta consoladora presencia.
La cera es blanda. Se deshace. El calor la diluye. Las formas se pierden. Pero la cera es inmortal . Y conserva para siempre lo que baña. Se licúa y se endurece. Su color remite al sol que la convierte en un mar áureo. Su tacto evoca el aceite denso, dorado como el sol, la cera y la arcilla.
El artista alemán Wolfgang Laib lleva años construyendo, dibujando moradas básicas, torres y zigurats con cera, un material que humaniza la altiva presencia de la adusta construcción mesopotámica, al tiempo que permite que el sol descienda a la tierra sin dañarla.
Una exposición monográfica en el museo de arte de Stuttgart (Alemania), presenta la Ciudad del silencio -el silencia de las ciudades agostadas, en sordina bajo el zumbido de las abejas-, evoca la fragilidad, la humanidad de lo que quiso ser una manifestación de la soberbia humana, humana, necesaria, frágil y patética, del empeño, el empecinamiento y constancia hasta levantar la Torre de Babel, un Zigurat que un rayo barrio, hasta su nuevo levantamiento.
https://www.kunstmuseum-stuttgart.de/en/ausstellungen/wolfgang-laib
https://ropac.net/online-exhibitions/90-wolfgang-laib-city-of-silence/
lunes, 31 de octubre de 2022
MAXIME DU CAMP (1822-1894): EGIPTO (1849-1851)
Cuando las ruinas eran ruinas y no parques arqueológicos. Cuando aventureros occidentales y artistas en busca de exotismo y de horizontes más amplios abandonaban los salones de las capitales europeas y emprendían un viaje en barco hacia el este y el sur…
Los escritores franceses, el olvidado Máxime du Camp y su amigo uno de los mejores novelistas mundiales, Gustavo Flaubert, partieron de Francia a Egipto (y luego a Palestina), juntos, a mitad del siglo XIX, en un viaje que duró dos años. Flaubert trajo un cuaderno de notas, al igual que du Camp, aunque lo que hizo célebre a éste no fue una novela “escandalosa” como Madame Bovary, de Flaubert (que du Camp tuvo el coraje de publicar), fotografías de monumentos faraónicos, previos a su restauración, semi sepultados por el arena, las primeras fotos (occidentales) de obras faraónicas, que se publicaron en un álbum en blanco y negro y entintado con varios tonos, y se editaron como estampas.
La fotografía se asocia, tanto a lo íntimo -el retrato familiar en un interior- cuanto a tierras lejanas, como si el objetivo fuera la mejor arma para “cazar” la imagen de lo desconocido -y anhelado.