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miércoles, 20 de septiembre de 2023

El abrigo de las ruinas (Museo Nacional de Arte Romano, Mérida, septiembre-diciembre de 2023)


















 Fotos: Tocho, septiembre de 2023


La llamada cripta del singular Museo Nacional de Arte Romano de Mérida, inaugurado en 1986, y hoy ampliándose, es un amplio sótano, pautado por imponentes arcos de mampostería, que recrean la arquitectura basilical y termal del Imperio Romano, en el que se exponen piezas arqueológicas halladas en el lugar: muros con frescos pompeyanos y sarcófagos romanos. El suelo sin regularizar se cubrió con albero. El polvo que se alza  cuando se camina obliga a regar el suelo cada semana para apelmazarlo. La humedad resultando asciende por capilaridad y cubre los frescos con una capa de sal que los apaga debe ser retirada de tanto en tanto. 
La luz de focos realzan el espacio catedralicio -si bien se ha descubierto que no todos los puntos de luz están conectados a la corriente.
La parte visítable de la cripta es más reducida de lo previsto. El proyecto del museo no contemplaba la necesidad de almacenes. Éstos se han tenido que alojar en una parte de la cripta, que no está climatizada ni tiene control de humedad -disparada por el regadío semanal-, delimitada por una reja, y debajo de un hueco de escalera.
Se accede por un amplio paso cuyo techo -que soporta el acceso a la sala principal del museo ubicada justo encima de la cripta- apuntalado porque presenta graves deficiencias estructurales.
El museo no está climatizado. El proyecto contemplaba la apertura de ventanas por la noche, lo que hubiera ido en detrimento de las condiciones ambientales y la seguridad en las salas -o ls necesidad de emplazar un vigilante al lado de cada apertura. La imponente sala principal se dotó de un suelo radiante, empero, mas la altura de las bóvedas que se alzan hasta unos veinte metros de altura, impiden que el calor atempere el frío extremeño en invierno.

El museo acoge la exposición itinerante El abrigo de las ruinas, sobre intervenciones arquitectónicas modernas en yacimientos arqueológicos, producida y presentada en primer lugar por y en el Centro cultural El Born de Barcelona este verano.
Posteriormente, en diciembre, debería trasladarse al museo del yacimiento de Medina Azahara en Córdoba.

Producción: Centro de Cultura y Memoria El Born - Ministerio de Cultura - Museo Nacional de Arte Romano
Dirección: Pedro Azara y Tiziano Schürch
Montaje: Pedro Azara, Tiziano Schürch & Roger Badía
Coordinación : Diana Lafuente 




viernes, 16 de junio de 2023

El abrigo de las ruinas (escenografía) (Centro Cultural El Born, Barcelona, 2023)




























 

Fotos:,Tocho, junio de 2023


La exposición El abrigo de las ruinas, dedicada a una selección de intervenciones modernas y contemporáneas internacionales en yacimientos arqueológicos, con la finalidad de proteger y realzar las ruinas, facilitando su interpretación , se ha inaugurado en el Centro Cultural del Born en Barcelona.

La muestra itineraria por diversas ciudades españolas a partir del mes de septiembre, siempre que las elecciones municipales, autonómicas y generales, no afecten, para bien o para mal, las programaciones de museos y centros culturales. 

En todos los casos, una exposición, para arquitectos, arqueólogos y el público en general, que tiene como fin no solo exponer proyectos emblemáticos que afrontan el siempre difícil y delicado tema de la relación con el pasado, en ruinas, sino invitar a reflexionar sobre la fascinación que un pasado hecho añicos suscita, entre la nostalgia y la admiración, el deseo de recuperación y la restauración y el gusto por la presencia casi heroica de lo que no ha sido vencido y llega a nosotros para alentarnos sobre un destino ineludible: la ruina, percibida no como una catástrofe, sino como la última mutación de la creación humana, como la verdadera causa final de aquélla.


Agradecimientos al Centro Cultural del Born y a su directora Marta Domine, así como a los estudios de arquitectura, archivos y fotógrafos que han aceptado participar en la muestra y ceder el material gráfico y escrito expuesto.

Comisariado y montaje (con Roger Badía): Pedro Azara y Tiziano Schürch 

Producción: Ayuntamiento de Barcelona


Presentación:


Si de los humanos la voz se puede esparcir

Desde aquí hasta el fondo de los infiernos,

Sean a mi grito los abismos abiertos,

Tanto como desde abajo me podáis oír.

Tres veces cerniendo bajo el velo de los cielos

De vuestras tumbas la vuelta devota, 

En alta voz tres veces os llamo:

Invoco aquí vuestro antiguo furor,

Entre tanto que con santo horror

Voy cantando vuestra gloria más bella.”

(Joachim du BellayLes antiquités de Rome. Traducción de Jerónimo Martínez Cuadrado)

 

¿Por qué nos esforzamos tanto en preservar ruinas del pasado en tanto que ruinas, tal como apenas se alzan de la tierra, con todas sus heridas cuidadosamente mantenidas como heridas sangrantes?

¿Acaso trátese de un placer sádico, de actos de contrición, de un perverso gusto por lo mutilado, de una lección sobre la barbarie para las generaciones futuras, o tan solo la asumida constatación del tránsito y la fugacidad de las obras humanas, remitan éstas ávidos Imperios o a comunidades anónimas?

Al abrigo de las ruinas es una exposición sobre algunos esfuerzos modernos y contemporáneos para preservar -sean cual sean las intenciones, confesables o no, luminosas u oscuras, educativas o rencorosas, el gusto artístico que guía la preservación y la contemplación-, el legado del pasado tal como aparece cuando se desentierra y sale a la luz. Preservar implica abrigar: construir techos protectores que mantengan vivo el recuerdo de lo que fue tal como emerge hoy.

Una selección de proyectos arquitectónicos internacionales construidos, desde los años treinta y sobre todo en el siglo XXI, se enfrentan al problema de levantarse sobre lo caído para protegerlo, para mantener la imagen de una ruina, ya no entendida como un ente destruido, sino como una obra que ha adquirido una nueva naturaleza, en la que las heridas ya forman parte de la personalidad y la gracia de unas construcciones que manifiestan entereza y que, quizá, no llamarían la atención si estuvieran enteras.

El Born Centre de Cultura i Memoria de Barcelona aparece así como el lugar adecuado para reflexionar sobre nuestra tortuosa relación con el pasado, sobre la misma noción de pasado (memorable).



lunes, 13 de marzo de 2023

Villa Romana de Torre Llauder (Mataró)











Villa Romana agrícola de la Torre Llauder ( s. I dC), Iluro (Mataró). Fotos: Tocho, marzo de 2023









 Lluís Gelpí Vintró (1927-2016): muro de contención y acceso al montículo sobre el que se encuentra la Villa Romana de la Torre Llauder, 1978. Foto: Tocho, marzo de 2023


La comparación del muro de contención del montículo sobre el que se encuentra la Villa agrícola Romana de Torre Llauder, en Mataró , y el acceso a ésta desde ls calle, con un estadio de fútbol no es gratuita, ni se trata de una broma o una mirada despreciativa. Una de las mejores obras de arquitectura brutalista española fue proyectada por el arquitecto Lluis Gelpi, que trabajó con el arquitecto Francesc Mitjans en el proyecto del estadio del FC Barcelona en los años 50, y cierto parecido con la arquitectura italiana de los años 50 y 60 tampoco es casual. Lluís Gelpi trabajó con el arquitecto Gio Ponti, en Milán, en el proyecto de la célebre torre Pirelli milanesa, considerada como el rascacielos europeo más hermoso.
Aunque los actuales responsables municipales de Mataró miran con malos ojos a esta obra, desatendida, lo cierto es que logra aislar en su cumbre un espacio tranquilo, separado de la periferia industrial de Mataró, la vía del tren y la carretera nacional, alrededor de las ruinas de una villa agrícola Romana imperial, definitivamente abandonada en el siglo VI, dedicada a la fabricación y el comercio del vino, de la que se conservan unas termas, mosaicos, parte del peristilo, el atrio, e incluso unas letrinas, unos restos protegidos por una cubierta de tela tensada que empieza a deteriorase. Esculturas y cerámicas están expuestas en el Museo de Mataró. 
El nombre con el que se conoce el recinto ya nada tiene que ver con lo que acogía hasta los años 70:  una mansión del siglo XVII , adherida a una torre renacentista, ambas derribadas porque se consideró que empalidecían ante las ruinas de una villa Romana. Si la arqueología documenta la destrucción que el hombre y el tiempo causa a la creación y a sus moradores, también sus logros son frutos de una destrucción hasta llegar a los restos. Todo lo que se construyó, a lo largo de milenios, sobre los restos, es barrido, destruido, mutilando, deformando así la historia de un lugar, dotándolo de una historia irreal o ficticia, como si, en este caso, la Villa Romana siempre se hubiera mantenido en un espacio virgen, sin historia.
Sin ser una villa excepcional, la ubicación, el entorno, y la sensación de haberse retirado de un entorno escasamente alentador, logren que la visita devenga una experiencia muy placentera -asumiendo la tergiversación de la historia- cuyo logro recae, en gran medida en el brillante proyecto del arquitecto Lluis Gelpi. 

Agradecimientos a la arquitecta Ana Noguera por la visita y las explicaciones