Estudiantes de arquitectura, París, finales del siglo XIX, principios del XX
“Ser una carreta”: una expresión francesa aún utilizada en Francia y que solo se aplica en los estudios de arquitectura.
En el siglo XIX y hasta no hace mucho, los estudiantes franceses de arquitectura, unos estudios que formaban parte de la facultad de Bellas Artes, tenían que realizar ejercicios de proyectos muy detallados. Los planos a tinta y acuarela sobre papel grueso, trabajados a base de horas robadas al sueño, durante meses, acaban siendo unas “sábanas” inabarcables que se debían archivar en carpetas de tapas duras, de gran tamaño, imposibles de transportar. Al último momento, poco antes de la entrega, los estudiantes agotados, somnolientos y, paradójicamente, sobreexitados, debían contratar carretas de dos ruedas para transportar sus ejercicios, tan pesadas y difíciles de mover que debían ser desplazadas a toda velocidad entre, no caballos, sino varios estudiantes.
Pese a los proyectos virtuales, archivados en portátiles, los lápices electrónicos o en la “nube”, la expresión “ser una carreta” sigue vigente, designando hoy la condición del estudiante de arquitectura abrumado por la carga de trabajo que los algunos departamentos, de Proyectos, principalmente les imponen, trabajando de noche y los días festivos, no recibiendo, en ocasiones, sino la desconsideración por el trabajo realizado.
La expresión no tiene traducción en español o catalán. Lo más aproximado es la palabra despido .