Después de tanta Soria, Barcelona también existe
Para bien o….
Éste responde a “un ecosistema urbano plurifuncional”, signifique lo que signifique esta expresión. Su descripción o evocación pasa por una enumeración: una interminable lista de espacios acotados y objetos, más o menos circulares, dispuestos, como en un cajón de sastre sobre un plano horizontal. Un conjunto de objetos y espacios inconexos: toboganes, áreas de juegos infantiles, espacios “para mascotas” (que no sean niños), umbráculos, “parques de agua” (chorros que emanan del suelo), quioscos, zonas deportivas, viveros, etc. La lista recuerda la célebre serie numeración de los animales del emperador chino, según el escritor Jose Luis Borges, que comprendía animales embalsamados, fabulosos, sirenas, incluidos en esta lista, dibujados por un pincel compuesto por un fino pelo de camello, y etcétera, entre otros.
Parque grandes decimonónicos, como el parque de la Ciudadela de Barcelona, El Retiro en Madrid, el Bosque de Boulogne en París, o el Central Park de Nueva York, apenas dan pie a enumeración alguna. Un umbraculo, un quiosco de música, quizá un estanque…. Desde luego, la corta enumeración no da cuenta de lo que el parque es. Éste no resulta de una suma de cosas disparatadas y desparejadas.
En los parques decimonónicos uno se puede perder -sin sentir preocupación-, pero no se desorienta. Encuentra senderos, que siguen rectos, se bifurcan, ascienden y descienden, giran y prosiguen. El visitante se adentra en un mundo distinto del espacio urbano; logra olvidarse de éste. Tan solo llega un rumor de fondo. El parque recuerda un país de las maravillas, que invita a la exploración.
En el parque de las Glorias es imposible perderse. Pero no se sabe dónde ir. No existen caminos, sino tan solo espacios entre áreas. Es lo que queda si se abstraen aquéllos. No llevan a nada. El espacio, el paseo no existen. Solo cuentas bultos. El espacio se llena, se anula. El parque se asemeja a una ciudad sin calles ni pasos. Se asemeja más a un atestado trastero (verde).
Del parque antiguo no se quiere salir. Se buscan los caminos más secretos, evitando las salidas. Una y otra vez, uno vuelve a adentrarse en el parque, obviando la ciudad. El parque constituye un alto o un paréntesis que se quisiera durara tiempo, como si de un espacio sagrado se tratara. Y, a la salida, el recuerdo permite proseguir el camino mentalmente. El parque constituye el espacio en el que uno se abandona, libre de imposiciones.
El parque de las Glorias, en cambio, obliga a dar un rodeo, intentando no poner el pie en él. Si el recorrido es inevitable, la búsqueda de la salida deviene una necesidad, acentuada por los obstáculos encontrados. Un nuevo obstáculo. Hasta el próximo proyecto.
Fotos: Tocho, Barcelona, noviembre de 2024.
La calidad de las fotos es deficiente debido a los reflejos en los vidrios protectores. Algunos dibujos surrealistas no han podido ser fotografiados.
El óleo Barraca de tiro al blanco, inspirado en Los fusilados del 3 de mayo, de Goya, pintado como denuncia del fusilamiento de García Lorca, depositado en las reservas del Museo Nacional de Arte Catalán, no se expone. No se indican las causas.
Los historiadores del arte español, y catalán, en particular, sin duda saben que Francesc o Francisco Domingo no era únicamente un pintor noucentista, más o menos académico, autor de retratos oficiales y de bodegones fuera de época.
Una exposición antológica en Barcelona descubre, para quienes no somos especialistas, a un artista formado junto a Joan Miró, a un pintor surrealista, amigo del poeta francés René Char, a un dibujante de variaciones sobre el célebre cuadro de Courbet, El origen del mundo -durante años oculto detrás de una cortina-, y a un organizador de exposiciones internacionales, en París y en México, en apoyo de la República Española, durante la guerra civil, que concluye su carrera en la vanguardia con su amistad con Picasso y su admiración y homenaje a García Lorca, antes de exiliarse a Brasil, y declinar poco a poco, pese a algunos poderosos aún grabados y sus retratos de la población descendiente de esclavos negros.
Una exposición sorprendente para los neófitos, muy bien y extensamente documentada, y con obras como mínimo inesperadas -y algunas hermosas, inquietantes, imprevistas e imprevisibles.
https://www.fundaciovilacasas.com/es/obras/Francesc-domingo-i-segura
Le Corbusier, como pintor, estaba a la altura de su faceta de arquitecto y de su profunda vena de escritor (cada uno juzgará la frase como quiera).
Dibujo de sus inicios, en venta en una feria de arte de Barcelona.
Al módico precio ….