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martes, 5 de noviembre de 2024

El arte del toreo

 Seguramente no es necesario hoy remontarnos a la etimología de las palabras. Su significado literal y metafórico, sus implicaciones, la extensión de sus aplicaciones, lo que apuntan y lo que evocan son meridianamente (signifique lo que signifique este adverbio) claros: torear y capear designan acciones en las que un ser humano y una bestia interactúan -y en algunas ocasiones parece que intercambian los papeles.

El torero azuza al toro: lo enerva, lo excita, lo atrae, para que embista en línea directa, justo para esquivarlo y desorientarlo. 

La capa actúa de señuelo. El juego consiste en poner de los nervios al toro sin que la vida nivel temple del torero se resienta. Se trata de marear el toro -cono si fuera una perdiz. Se le produce la ilusión que tiene al torero, su supuesta víctima, a un tiro de piedra; mas, aquella, en el último momento, se esfuma: ya no está donde estaba. 

El torero engaña al toro, antes de rematarlo, lo distrae, lo confunde, antes de la estocada. El toro apunta a la capa, detrás de la cual no hay nada. Debe de detenerse al momento, dar la vuelta y contraatacar, gesto que el torero espera para desorientar aún más al toro. El torero juega al despiste, un juego que si no fuera con el golpe final, se asemeja a un juego de cartas o de manos: nada por aquí, nada por allá, la bolita no está nunca donde se supone. 

Y siempre queda el burladero -el nombre lo dice todo- para escapar a la acometida del toro y sacarle la lengua. Torear, lógicamente, significa burlar, engañar, mientras que la expresión capear el temporal destaca la acción o decisión de quien se sacude con malas artes de un problema, arteramente, esconde su responsabilidad.

El torero, como el actor, el embaucador, el charlatán, el traperlista juega al gato y el ratón: el maravilloso y enervante juego de la ficción, de las apariencias, que emboban, distraen y dejan la boca abierta por la astucia, la desvergüenza, la falta de prejuicios y el encantamiento.

Hoy se anunciado que el nuevo responsable de Interior en la comunidad de Valencia, nombrado por el presidente, el fatídico día en que las aguas se han salido de madre, destaca por “su conocimiento de la idiosincrasia de los festejos taurinos y, en especial, de “bous al carrer””, según se afirma desde la Consejería de Justicia.  

¡Olé tus…!





 

sábado, 2 de noviembre de 2024

THE BEATLES: MAGICAL MYSTERY TOUR (1967)

 

 La olvidada -más que olvidable-, denostada, y sin embargo, muy británica película televisiva sobre un viaje imaginario por ciudades y campiñas británicas, marcado por el absurdo.
Hoy, posiblemente, una delicia añeja, difícilmente encontrarle, raramente proyectada, pese a contener algunas de las mejores canciones del grupo.  
Los Monty Python (amigos de Georges Harrison) no están lejos….

martes, 8 de octubre de 2024

Buen humor

 “Vivo, esforzándome constantemente en luchar, por el buen humor, contra los sufrimientos de la mala salud y otros males de la vida, firmemente persuadido que a cada vez que un hombre sonríe, y más aún cuando ríe, añade algo a este fragmento de existencia.” 

(Laurence Sterne: Vida y opiniones de Tristram Shandy, Gentleman, 1759)

lunes, 26 de agosto de 2024

ALEXANDER CALDER (1898-1976): BRANIFF AIRLINES (1972)


























 








 Braniff fue una compañía de aviación norteamericana, fundada en 1928. Quebró en 1982. La marca sigue en la hostelería.

Operaba en los Estados Unidos, aunque cubría algunos vuelos a Europa y Asia. Fue la representante del Concorde en América del Norte, atendiendo vuelos que la compañía francesa Concorde no estaba autorizada a surcar.

En 1972, el escultor Calder recibió un encargo singular: “vestir” tres aviones de la compañía, haciendo referencia a América del Sur, América del norte y a México. Calder falleció antes de concluir el tercer avión.

La relación entre artistas e industria data de los tiempos en que artes mecánicas o artesanas y artes liberales o bellas artes se separaron a finales del siglo XVIII en Occidente. Algunos artistas, en el siglo XIX, trataron de superar la fractura trabajando como artesanos de otro tiempo y elaborando objetos útiles únicos.

Artistas plásticos del siglo XX, en cambio, han atendido encargos de las artes decorativas y de la industria, asumiendo la fabricación seriada: moda, tejidos, relojería, coches, anuncios, alimentos industriales, juegos infantiles han sido diseñados o tan solo decorados excepcionalmente , con mayor o menor fortuna, por artistas cuyo trabajo ha sido plasmarse en otros soportes.

El trabajo tardío de Calder  es uno de los más singulares ejemplos de entrega de un pintor y escultor a la ornamentación industrial. 

Nada tiene que ver con los supuestos motivos “mironianos” en aviones de compañías aéreas españolas, ya que nunca fueron ejecutados ni concebidos por Miró.

Esta obra poco conocida de Calder es destacada en una exposición sobre la relación entre el pintor y poeta francés Cocteau y la industria del lujo, en los años cincuenta, presentada en la fundación Guggenheim de Venecia.

jueves, 15 de agosto de 2024

Quince de agosto



 






Un 15 de agosto, hoy hace exactamente ochenta años, en la Provenza francesa,  en el puerto militar de Toulon, un ejército compuesto de dos compañías, una norteamericana y otra francesa, formada mayoritariamente por colonos franceses del norte de África, desembarcó con éxito, tras el gran y más célebre desembarco en Normandía dos meses y medio antes, el 6 de junio de 1944.

Empezaba la debacle del ejército ocupante alemán. Era la primera vez que un contingente francés atacaba a Francia, en gran parte aliada del régimen nazi,  durante la Segunda Guerra Mundial.

El desembarco parecía condenado al fracaso. Desde luego, murieron unos cuarenta mil soldados, hoy en un cementerio abandonado -contrariamente a los cementeros que pautan, como las estaciones de la Cruz, los acantilados normandos.

Toda la costa mediterránea francesa e italiana estaba defendida por una sucesión de búnkeres. 

Se han conservados pocos. La mayoría fueron destruidos tras la rendición alemana.

Entre estos, se encontraba un búnker situado ante el Club Náutico, en el paseo de la Croisette, en el barrio de las Hesperides.

En 1946 reemprendió el festival de cine de Cannes, establecido en 1939, poco antes del inicio de la guerra.

El Club Náutico estaba en muy malas condiciones. El festival tuvo lugar en el casino municipal.

El Club Náutico y el búnker de hormigón fueron finalmente derribados con taladradoras . Sobre sus restos se edificó en 1949 el palacio del cinema que permanecería treinta años, hasta 1979, sustituido por una nueva sede inaugurada tres años después.

La primera película premiada en el nuevo palacio fue la mítica El tercer hombre, con -quizá de- Orson Welles, sobre los ambiguos y sombríos años de la postguerra.

Una sala de cine, oscura, una cápsula abierta sin embargo a un mundo distinto y más luminoso, se levantó sobre los restos de otra sala, tan oscura y tan oculta como una sala de cine, desde donde también se disparaba, no rayos de luz para echar luz sobre el mundo y sobre nosotros, empero, sino rayos o ráfagas cegadoras para apagar la luz para siempre. 

Una extraña metáfora difícil de interpretar. Esclarecimiento sobre aniquilación . Como si se necesitaran.


 



lunes, 22 de julio de 2024

AGNÈS VARDA (1928-2019): LE CÔTÉ DE LA CÔTE (EL LADO DE LA COSTA, 1958)




En este enlace se puede ver este delicioso documental, un encargo que la cineasta francesa Agnès Varda recibió para promocionar el turismo en la Costa Azul francesa, y que la directora convirtió en algo distinto, centrándose en los márgenes, en las imágenes que preferimos no ver, todo este mostrado con humor, descaro y "poesía", sin faltar a la verdad.


https://www.facebook.com/share/v/Ti9wqirDVWLHjKTe/ 

sábado, 6 de julio de 2024

Viaje




Hércules se encontró ante un cruce de caminos al final de su vida. A la izquierda, una senda empinada, pedregosa y árida que zigzagueaba ascendiendo por una montaña entre afilados riscos. El camino parecía no tener fin ni llevar a ningún lugar. Una muchacha vestida sobriamente, sin afeites ni ornamentos, el pelo recogido, la cara limpia, seca, severa y digna, cuidaba el acceso. 

A su vera, a la derecha, una amplia senda ondulante, bordeada de prados floridos y árboles frutales ascendía lentamente. La calzada no tenía obstáculos. El suelo era liso. Ni barro ni un pedregal. Una joven hermosa, hermosamente vestida, sonriente y enjoyada, seducía para escoger el camino.

Uno, arduamente, conducía  al cielo. El otro…

En cualquier caso, la vida era un viaje, y la elección del mismo determinaba la vida que esperaba al viandante, en esta y en la otra vida.

El viaje es, en cierto modo, un modo de vida. Viaje está asociado a viático, que designa lo imprescindible para el vida: el sustento para el camino. Camino o vía , de donde derivan las palabras viaje y ciático. Una vía real, recta o tortuosa, y metafórica: una manera de vivir. La única manera. La vida sin el viaje no se concibe.

El vía, la senda traza la duración y el sentido de nuestra vida. Una línea nos lleva. El fin de la vida es el fin del viaje.

Quienes rehuyen la vida, por miedo, desprecio o rechazo del otro, se encierran en un mismo lugar acotado y con la puerta cerrada.

Durante el trayecto encontraremos con otros viajeros: rectos, truhanes, altivos o pedigüeños. Tendremos toda clase de encuentros y encontronazos. Querremos dar media vuelta y volver al inicio del camino, como si nos hubiéramos equivocado al escoger la senda. Pero no hay vuelta. Todos viajamos. Y todos tenemos hacia donde la vía nos lleva. Podemos dejarnos llevar, como si el camino nos arrastrara. Pero el camino es solo el medio para que nuestra vida acontezca.

Hoy querríamos que los viajes no tuvieren lugar: o que apenas encontráramos a unos pocos viajeros.

Hoy tememos el camino. Querríamos no tener que escoger. Quietos.

Hércules, al suicidarse, creyó haber errado en la elección. Hoy, preside a la diestra de su padre Júpiter.



sábado, 8 de junio de 2024

Harte









El mundo del arte moderno es fascinante. 

Se venden pongos a precio de oro, latas oxidadas con mierda de artista pasada, de los años cincuenta, esculturas hechas de grasa o de chocolate mohoso a precio de lingote, que no de tigretón del Día, o telas bordadas en talleres afganos por tejedoras anónimas, firmadas por un genio que las ha encargado por teléfono, a precio que no alcanzarían bocetos de da vinci hallados en un olvidado desván, aunque es cierto que unos crops de plástico amarillo de alta costura que no pasarían el filtro de un todo a cien se promocionan como si fueran exclusivos stiletos de cocodrilo, y unos tejanos con remiendos y rasguños de “marca” cuestan lo que un traje de novia dieciochesco de seda hilada a mano, y se alquilan legal y ledamente, a plena luz, zulos sin luz en una zona industrial que encentan, como si fueran mansiones con vistas a puerto banús.

Por lo que no deberíamos molestarnos en arquear, siquiera levemente, el cejo derecho al leer que se subasta, hoy, por trescientos mil euros, precio de salida -no nos hagamos ilusiones-, una reproducción de una postal turística (el colmo de la sofisticación artística), adquirida en una tienda que también venden llaveros con torreeifeles de plástico dorado, con la imagen de la Mona Lisa sobre la que, casi un siglo ha, el llamado padre del arte moderno, Duchamp garabateó unos pelillos en el bigote y en la perilla de la susodicha y títuló LHOOQ, que leído en francés suena a…., una expresión ingeniosa que un adolescente la cara llena de granos quizá se habría dignado anotar para enviársela a su prima, y sobre la que se han escrito tratados “hermenéuticos” más densos que los antiguos listines telefónicos en varios volúmenes.

Una ganga, casi un saldo. Hace ocho años, otra copia idéntica se vendió por un millón doscientos cincuenta mil dólares (el doble del precio de salida). Y más que se venden, con precios de salida variados, pero siempre con un mínimo de seis cifras.

Así, otro ejemplar (el arte moderno aprecia la serie como si fuera obra única) se vendía, primer precio, por ochocientos mil dólares.

Y se acompañaba de un escrito, casi un tratado sobre el género.


Es la economía, estúpido.

 

martes, 4 de junio de 2024

JOSÉ MARTÍNEZ RUIZ, “AZORÍN” (1873-1967): QUÉ ES LA GUERRA (1929)

 “Por lo pronto, devastación, asolamiento, ruinas, muertes; luego, servidumbre, esclavitud de unos pueblos; dominación, opresión por parte de otros (…)

La guerra es opresión. Pero ¿por qué las potencias (…) no comienzan pro suprimir la esclavitud que ellas mantienen? Pueblos enteros, nacionalidades enteras, definidas, históricas, suspiran por la libertad, quieren regirse a sí mismas, verse libres de opresiones y servidumbres. Y esas potencias mantienen a millones de hombres -en Europa, en Asia, en África-, oprimidos y esclavizados. ¿Qué derecho existe para que un hombre domine a otro hombre? ¿Qué justicia puede dictar el mando de un pueblo sobre otro pueblo? ¿Razones de civilización? ¿Cuál es vuestra fórmula de civilización, representantes de los Estados que mantienen en esclavitud a otros pueblos? Habría que ver despacio -y sin sonreír sarcásticamente- las características de la civilización según la entienden todos esos gobernantes, esos políticos, esos grandes financieros, esos poderosos industriales.”

(Azorín: Andando y pensando. Notas de un transeúnte, 1929)


viernes, 17 de mayo de 2024

The show must go on….


 Ya no somos capaces de ponernos en el sitio del otro. Necesitamos que todo se convierta un espectáculo “inmersivo”.

Pasen, pasen y sientan la emoción de ser una víctima por un día….

Se suponía que la universidad debía formar a personas reflexivas…

lunes, 22 de abril de 2024

Guerra

 “¡En qué bribones y rufianes se vuelven los hombres en la guerra! Es bueno que los caballeros hablen de la época de la caballería; pero recuerden a los brutos hambrientos a quienes guían: hombres criados en la pobreza, enteramente ignorantes, obligados a enorgullecerse de sus actos de sangre, hombres que no pueden divertirse más que en la embriaguez, el libertinaje y el saqueo. Es con estos impactantes instrumentos que vuestros grandes guerreros y reyes han estado haciendo su trabajo asesino en el mundo; y mientras, por ejemplo, en este momento admiramos al "Gran Federico", como lo llamamos, y su filosofía, su liberalidad y su genio militar, yo, que le he servido y he estado, por así decirlo, detrás de las escenas que componen ese gran espectáculo, sólo puede mirarlo con horror. ¡Cuántos elementos de crimen humano, miseria y esclavitud forman esa suma total de gloria! Recuerdo cierto día, unas tres semanas después de la batalla de Minden, y una granja en la que algunos de nosotros entramos; y cómo la vieja y sus hijas nos sirvieron, temblando, vino; y cómo nos emborrachamos con el vino, y al poco tiempo la casa estaba en llamas; y ¡ay del desgraciado que después volviera a casa para velar por su casa y sus hijos!”


“Such knaves and ruffians do men in war become! It is well for gentlemen to talk of the age of chivalry; but remember the starving brutes whom they lead--men nursed in poverty, entirely ignorant, made to take a pride in deeds of blood--men who can have no amusement but in drunkenness, debauch, and plunder. It is with these shocking instruments that your great warriors and kings have been doing their murderous work in the world; and while, for instance, we are at the present moment admiring the 'Great Frederick,' as we call him, and his philosophy, and his liberality, and his military genius, I, who have served him, and been, as it were, behind the scenes of which that great spectacle is composed, can only look at it with horror. What a number of items of human crime, misery, slavery, go to form that sum-total of glory! I can recollect a certain day about three weeks after the battle of Minden, and a farmhouse in which some of us entered; and how the old woman and her daughters served us, trembling, to wine; and how we got drunk over the wine, and the house was in a flame, presently; and woe betide the wretched fellow afterwards who came home to look for his house and his children!”


(William Makepeace Thackeray: Barry Lyndon, IV) 

Novela escrita en 1844







lunes, 15 de abril de 2024

SERGIO CECCOTTI (1935): ESTANCIAS INQUIETAS







































Una reciente exposición privada en París ha recordado que el pintor italiano Ceccotti vive todavía.

Discípulo de Kokoshka, sus cuadros miran más hacia Hooper, pero también a Magritte. 

Vistas de interiores atestados de objetos banales, temporalmente deshabitados o abandonados (este pastel barato, exagerado, casi caricaturesco, a medio comer) -o por los que pasan o se aproximan sombras-, en la penumbra rota por la irrupción de un nítido rectángulo de luz proyectado, proveniente de una estancia a plena luz, en el que se encaja una alargada sombra humana encasquetada .

Cuadros que parecen viñetas de películas de misterio, pero cuyo mayor misterio lo causa la profusión de objetos desaparejados. Son estancias en las que el amontonamiento trata de suplir su carácter mortecino, desangelado. 

Parecen más bien habitaciones de hotel o de pisos amueblados sin gusto o a disgusto de alquiler por días o semanas, en las que costaría verse viviendo en ellas.  Retratos de la banalidad moderna de los espacios despersonalizados, de los que solo emana tristeza pese a los violentos contrastes lumínicos. En ocasiones, el propio color que tiñe la escena la aproxima a una pecera (donde solo cabe dar vueltas). 


https://www.sergioceccotti.com/


http://www.jmoger.com/exhibitions/sergio-ceccotti