domingo, 25 de febrero de 2018

Arte social





Fotos: Tocho, Madrid, febrero de 2018


La instalación está dedicada a recordar a los inmigrantes ahogados en el Mediterráneo. Un memorial temporal.
La artista colombiana Doris Salcedo ha dispuesto del Palacio de Cristal en el Parque del Retiro en Msdrid, un espacio expositivo perteneciente a Museo Reina Sofía.
La instalación comprende nombres cuyas letras se trazan con agua antes de evaporarse; nombres de desaparecidos.
La frágil instalación ha exigido cubrir toda la superficie del Palacio con grandes losas de piedra pómez, de unos dos metros de largo por medio metro de ancho, levantadas del suelo original a fin de poder disponer debajo todo el cableado, la maquinaria  y las tuberías que llevan al agua hasta la superficie  a través de diminutos agujeros que dibujan la silueta de las letras. Las trazas de agua ascienden y desaparecen por los mismos agujeros.
El levantamiento del suelo ha obligado a construir dos nuevos largos escalones y un pavimento de acceso, de mármol, para que la escalinata exterior del palacio pudiera llegar hasta la altura del pavimento interior de piedra. La obra ha requerido cambiar las puertas de acceso, de vidrio, del palacio.
Se necesita un calzado especial, también suministrado públicamente, para que nuestros  delicados  zapatos no sufran en contacto con la áspera piedra pómez.
La instalacion habría costado un millón de euros.
Necesarios, al parecer, para que tomemos conciencia del problema de los inmigrantes y del compromiso social de la artista.
Desconozco cuántas ayudas se podrían obtener con el modesto coste de la instalación.
¿Dios aprieta pero no ahoga?
Antes muertos que sencillos.

viernes, 23 de febrero de 2018

CYPRIEN GAILLARD (1980): SMITHSONS (2005)



Una pequeña ciudad norteamericana. Levantada hace casi cincuenta años, cuando apenas se habían echado los cimientos, cañerías y postes y la urbe se asemejaba a un campo de ruinas entre tierras embarradas. Ruinas que, sin embargo, no resultaban del derribo sino de la construcción. ruinas que eran una promesa de refugios.
El escultor Robert Smithson documentó este lento alzamiento.
Treinta y cinco años más alta, bosques y torres han tocado techo. Pronto decaerán.  Los bloques se asemejan a extrañas piedras talladas que se levantan aún por no se sabe por cuanto tiempo.
El videoartista frances Gaillard filmó, mientras caía el día, y sonaba una melancólica canción de despedida -del grupo llamado The Smiths-, esas primeras señales del fin.
Toda la arquitectura es una ruina en ciernes, sometida, como nosotros, al tiempo. 

CARLOS GARAICOA (1967): (ESCALA, 2017-2018)










Fotos: Tocho, ARCO, Madrid, Febrero de 2018


La arquitectura es la medida del espacio: su acotación hasta dar con un espacio comedido; un espacio en el que se pone coto a la desmesura. La arquitecta ordena; el resultado, un espacio pautado, pausado.
La arquitectura traza límites a partir de unos centros. Centra el espacio y a los humanos. Les otorgo puntos de referencia, les brinda medidas con las que organizar su vida.
La regla y el compás son los emblemas tradicionales de la arquitectura, los instrumentos con los que se cerca y se levanta el espacio a partir de una base o unas bases sólidas, bien trazadas.
Instrumentos que son una promesa de un espacio reglado, de una vida regulada. Útiles ante los que el desorden se aquieta, que trazan las vías seguras por donde la vida se desarrollará.
Una de las últimas obras del artista cubano Carlos Garaicoa, son instrumento de medida en los que la arquitectura ya está contenida, en ciernes. No hace falta que el edificio se alce verdaderamente. Se sabe que podrá construirse porque nos hemos dotados de los instrumentos para definir y articular espacios y vidas. En tanto que emblemas, simbolizan la arquitectura que está ya presente, dispuesta ante las medidas que toma el arquitectura y el habitante.
Una hermosa, poética e inesperada visión arquitectñónica


martes, 20 de febrero de 2018

SAMIRA BADRAN (1954): MEMORY OF THE LAND (FRAGMENTO, 2017)

Memory Of The Land (Samira Badran) - Trailer from Marvin&Wayne on Vimeo.


...o cómo cruzar la frontera, a través de un control enjaulado, entre Israel y Palestina.

Un cortometraje de animación  por la cineasta libia, de origen palestino, afincada en Barcelona -donde ha producido la película-, Samira Badran

AMMAR KHAMMASH (¿1964?)): DESERT SOUNDSCAPES (2017-2018)






Los anacoretas se retiraban en el desierto por la soledad y el silencio circundantes.

El desierto jordano es especialmente árido, cubierto por un sinnúmero de lascas de piedra. Hasta hace unos pocos meses, se pensaba que nunca habría podido ser habitado. Determinadas formaciones de rocas (muros, amontonamientos), levantadas seguramente en el Neolítico, que se habían confundido en el mar de piedras, descubiertas recientemente, son signos ue el desierto fue habitado.

Tampoco es y era un mundo silencioso.

El arquitecto jordano Khammash así lo ha evocado en una reciente exposición en el centro de arte Darat al-Funnun, en Amann (Jordania) -ubicado en un conjunto de casas coloniales de los años 20, que restauró-, una de las mejores fundaciones de arte contemporáneo del mundo.

No solo el viento, también las piedras son teclas que emiten sonidos al unísono.

lunes, 19 de febrero de 2018

FEDERICO BABINA (1969): ARQUICOSAS (O EL ARQUITECTO Y EL BIBELOT)



Véase la página web de este arquitecto italiano que proyecta casas para toda clase de profesiones y personajes -adaptadas al estilo del usuario - y a arquitectos en  figuritas de lladró.

"Ídolos" placa ibéricos (IV-III milenios aC) (A la búsqueda del tiempo pasado -en la prehistoria)











Fotos: Tocho, Museo Arqueológico, Sevilla, febrero de 2018


Mientras objetos parecidos caben en la palma de la mano, el "ídolo" del Cerro de la Cabeza -cuyas dos imágenes encabezan esta lista- no se dejaría coger tan fácilmente. Sus "ojos" desorbitados y radiantes (idénticos a motivos inscritos en delgadas láminas de oro funerarias), semejantes a los de una lechuza -el color negro de la placa de esquisto evoca bien la noche cuando el pájaro levanta el vuelo, y la franja vertical entre los "ojos" pudiera verse con un acerado pico-, imponen. Se trata de uno de los "ídolos" placa mejores y de mayor tamaño de la península Ibérica.
Esos entes  -o esos seres-, hallados en yacimientos sureños de la Península, tanto en España como, sobre todo, en Portugal, tienen pocos referentes en otras culturas Mediterráneas. Los posibles parecidos con placas de las primeras dinastías egipcias han sido desechados hace tiempo.
¡Son efigies divinas? Durante muchos años, tal ha sido la interpretación más habitual. Se consideraba que eran manifestaciones de una supuesta diosa madre común en todo el Mediterráneo durante el Neolítico. Otros estudiosos, en cambio, pensaron que, dado que las placas han sido halladas en tumbas, podrían haber representado a ancestros a los que se rendía culto.
Toda vez que la gran mayoría de placas presentan motivos geométricos regulares incisos, que se repiten en todas las placas, y que combinan triángulos, con tramas o dameros cuadrados, en blanco y negro, y franjas horizontales, verticales y, ocasionalmente curvas, que recubren la casi totalidad de la superficie de la placa, por una o por ambas caras -pese a que la forma trapezoidal de las placas casa mal con las tramas ortogonales-, dejando libre la franja más estrecha -con uno o dos agujeros, quizá para portar la placa como un pesado colgante, por un ser vivo o un difunto-, donde se inscriben dos "ojos" o "soles", la interpretación de las placas como figuraciones antropomórficas -dioses o diosas, ancestros, "notables", etc.- parece lógica, pero no es la única, ni parece atender a todo lo que pueden evocar esas incisiones tan reiterativas -aunque cada una presenta matices.
Los motivos podrían provenir de tejidos. Los tejidos antiguos no servían solo para cubrir. Eran portadores de mensajes que debían ser fácilmente descodificados. Los motivos, tanto en los tejidos, como en las placas, bien pudieran ser casi una escritura, portadora de una información necesaria tanto para la supervivencia del difunto, como mantener unidos a los vivos y a los muertos. Esos datos debían ser reconocibles y descifrables, los miembros de una misma comunidad, relacionados con quieres eran o habían sido depositado en tumbas -junto con las placas-, debían reconocerse en esos motivos cuando, por ejemplo, practicaban rituales e honor de los antepasados en el interior de las tumbas. Algunos especialistas sostienen que dichas placas, sin dejar de ser figuraciones sobrenaturales, son también escudos heráldicos que comunican lo que une a los miembros de un grupo, y lo que les diferencia de otros. Son signos de identidad, una identidad que perduraría tras la muerte, mostrando que los lazos aquí y allí, en la tierra y bajo tierra, no se perdían tras la muerte. 
De este modo, dichas placas serían signos de esperanza que mantendrían el recuerdos de quienes fallecieron, al mismo tiempo que permitirían "medir" -quizá a través de los motivos grabados- el tiempo pasado desde que el difunto se fue.

Véase: https://iberian.its.uiowa.edu/background.php