miércoles, 4 de diciembre de 2013
El simbolismo del templo griego, I
Maqueta del santuario de Hera en Perachora (s. VII aC), Museo Nacional de Attenas
El primer templo griego, tras el derrumbe la cultura micénica y la "edad oscura", data del siglo VIII aC. Fue desenterrado en Eretria, en la isla de Eubea. Estuvo dedicado a Apolo del Laurel (Daphnephoros). Construido en madera, solo se conservan las trazas en el suelo. Consta de una nave central alargada, cubierta con un techo a dos aguas soportado por una fila de pilares de madera situados al exterior, a lo largo del muro perimetral.
La planta de este templo recuerda la de una casa comunal construida poco antes en la misma isla. La casa del dios sigue las pautas de la casa de los humanos.
Fue en la isla de Samos, situada en un cruce de vías marítimas hacia el Levante y Egipto, donde se levantó, en el siglo VI aC, el primer templo de piedra. Estaba dedicado a la diosa-madre Hera, esposa de Zeus. No se trataba del primer templo, pues se levantó un santuario ya en el siglo VIII aC, con una estructura parecida al templo de Eretria. El templo de piedra se inspiró en la planta y la composición del templo arcaico. Comprendía, como la mayoría de los templos griegos desde entonces, una capilla central, que albergaba la estatua de culto, rodeada por un pórtico con una o dos filas de columnas, tanto en los lados cuanto en las fachadas anterior y posterior.
Ambas islas estaban pobladas por colonos venidos de la costa jónica (hoy en Turquía), influidos por las culturas orientales.
Se ha especulado que el templo griego de piedra estuvo influido por la arquitectura templaria egipcia, también de piedra. Dejando de lado que la búsqueda de los orígenes de una cultura en otra anterior puede ser estéril, no parece que la relación entre el templo griego y el egipcio sea cierta o lógica. La mayoría de los templos egipcias comprenden, al igual que los templos jónicos, un bosque de columnas, mas éste, en Egipto, se ubica en el interior del templo (la sala hipóstila), no en el exterior.
Es muy probable que el templo griego responda a un modelo original.
¿Significa algo éste?
Este plan no parece responder a las necesidades del culto. La estatua divina se ubica en el interior -el templo es su casa, como bien lo muestra el término con el que se designa un templo, oikos, que significa, literalmente casa, morada-, y el ritual se practica ante o sobre el altar, ubicado siempre ante la fachada del templo.
Se han sugerido dos explicaciones a una forma singular: un cubículo rodeado de columnas.
El templo comprende dos partes distintas: la cámara de la divinidad, en la que solo está autorizado a penetrar el personal que atiende al templo -y que cambia regularmente- para lavar y vestir la estatua divina, a la que nadie puede contemplar debido a que las puertas de la cámara están siempre cerradas, y un espacio porticado que rodea la cámara, por el que se puede transitar. Es decir, el templo comprende un espacio privado, cerrado, y un espacio público que lo envuelve.
La cámara no presenta casi oberturas. Se trata de una caja oscura, una cámara secreta. Pertenece exclusivamente a la divinidad.
Por el contrario, el pórtico circundante es público. Pertenece a la comunidad: éste puede deambular alrededor de la cámara.
El templo, así, posee dos propietarios, cada uno siendo poseedor de una parte del templo. La ciudad controla el pórtico, la cámara está en manos de la divinidad.
Esta división no era nueva en la ciudad griega. De hecho, repite o expresa la estructura dual de la polis. Toda la ciudad baja está en manos de la comunidad, que puede agruparse en el ágora. Por el contrario, la parte alta, la ciudad elevada, ubicada en el acrópolis, está dedicada a la divinidad. El espacio urbano está escindido.
Los ciudadanos son iguales entre sí. tienen los mismos derechos y deberes. Cumplen con las mismas tareas, casi independientemente del linaje y la fortuna. Idealmente, poseen propiedades parecidas. Son, pues, como las columnas de un pórtico: idénticas y equidistantes.
El pórtico del templo, en efecto, representa a los ciudadanos, o a la ciudad entendida como un colectivo. Éste se distingue del colectivo de dioses.
Los ciudadanos son los pilares de la ciudad. De algún modo viven independientemente de los dioses. Éstos dan sentido, centran a la ciudad. Es cierto. Pero dioses y humanos viven ensimismados. Contrariamente a la ciudad mesopotámica perteneciente a los dioses en su totalidad, éstos, en Grecia, moran en un espacio propio y reducido, separado del mundo de los humanos.
El templo expresa y sintetiza la organización social de la ciudad griega. Exhibe -el templo, en lo alto del acrópolis, es visible desde cualquier parte- la presencia de los dioses y la perfecta organización de los humanos, que atienden a los dioses, pero viven también independientemente de éstos. El templo es la morada de la divinidad, pero recuerda a los ciudadanos que la ciudad, bien trabada, es suya.
Bibliografía: McEWEN, I.K.: Socrates´Ancestor, MIT Press, Cambridge, Mass., 1993
NB: Nota redactada el día de la Patrona de los arquitectos, Santa Bárbara.
Agradezco a Jorge Rovira ese dato.
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