jueves, 3 de noviembre de 2016

EMERIC LLUISSET (1983): LAST WATER WAR, RUINS OF A FUTURE. أخر حروب المياه ، خراب المستقبل (LA ÚLTIMA GUERRA DEL AGUA, EL FUTURO ARRUINADO, 2016)
















Texto de presentación:

"Since men cultivate the land, rivalries over water are a source of disputes. This concept is expressed directly in the English language, "rivalry" from the Latin rivalis, means "the one who uses the same river as the other."

It was around 2600 BC in Mesopotamia (now Iraq) that took place the first known water war. The city-states of Umma and of Lagash (including Girsu its religious capital) fought for centuries over the exploitation of irrigation canals fed by the Tigris.

Power games between regional powers, the civil war in Syria, the presence of the Islamic State, which has made of control of dams a strategic objective, the control exerted upstream by Turkey on the flow of the Tigris and the Euphrates are all factors of instability and tension. Coupled with high population growth, the increasing scarcity of water resources in the region and to global warming, they feed fears that a "new water war" would burst at the scene of the destruction of the ancient city of Girsu, which marked the end in 2350 BC of 300 years of water war."

El fotógrafo podría añadir que la tierra que se pisa se hunde: es arcilla húmeda recubierta de una costra salitre: agua no potable, salada; tierra por la que apenas se puede caminar -y los pasos deshacen las formas romas-, y en la que no se puede vivir.
Mísera guerra por la posesión de una tierra perdida, devastada, anegada por las aguas que no corren sino que se encharcan y se pudren.

Las fotografías de Lluisset, fotógrafo francés que vive en diversas ciudades del Próximo Oriente, entre se exponen hoy en el Instituto del Mundo Árabe de París.

2 comentarios:

  1. Dicen que las guerras de este siglo serán todas por el agua

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    1. Los múltiples pantanos en la cabecera de los ríos Tigris y Eufrates que cruzan tres países, y las excesivas tomas de agua del rio Jordán, no auguran nada bueno, en efecto

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