¿Quién espera encontrar una presencia humana en semejantes entornos? Callejuelas o carreteras secundarias, desvíos, cruces de caminos y vías, asaeteados de señales de tráfico, carteles, anuncios y farolas, que llevan a descampados y urbanizaciones fracasadas -marcadas por pavimentos y bordillos incongruentes, pues nadie camina por esos campos-, bordeados de casuchas, almacenes abandonados, granjas, terrenos baldíos, rejas metálicas oxidadas, verjas, en los que destacan todos los servicios que no queremos ver, desde contadores hasta centrales eléctricas. Entornos marginales urbanizados, que necesitamos. Los servicios básicos que no queremos en nuestras ciudades o nuestras parcelas se hallan aquí, y aquí hallan refugio personas, porque son sitios solitarios, en los que, sin embargo, pasan veloces personas motorizadas, que huyen, o frenan.
Lo peor es que hay personas que aguardan. y suponemos que solo estas personas pueden soportar estos entornos, como si existiera una secreta afinidad entre lo que esperan y lo que les envuelve: coches y camiones que se detienen a veces.
Aunque quisiéramos que no se dieran esas situaciones, o no querríamos verlas.
El fotógrafo barcelonés Txema Selvans ha documentado esperas de quienes quizá esperan poco: el anverso del decorado urbano: el territorio gangrenado por lo que rechazamos o expulsamos pero no podemos ni queremos eliminar.
The Waiting Game es un libro que no querríamos tener y que sin embargo es necesario -que tengamos siempre presente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario