Esta muestra, basada en una celebrada tesis doctoral del arquitecto suizo formado en Lausana y en Zurich, y actualmente instalado en París, Philippe Rahm,, ofrece una nueva mirada a la historia de la arquitectura.
Plantea que, antes que las creencias, la economía y la política -razones que han dominado la lectura del arte y la arquitectura en los últimos decenios- es el clima y sus fluctuaciones, naturales y artificiales, los elementos naturales los que determinan la evolución, los cambios de las formas y de su composición.
Así como el cultivo de los cereales determinó la aparición de las ciudades en el Próximo Oriente (una tesis controvertida, ya que se dieron casos de cultivos sin ciudades), una nueva concepción mística de la luz y de su relación con la opacidad de la materia, el nacimiento de una burguesía crecientemente separada de la corte, no estaría en el origen de la desmaterialización de las catedrales góticos, sino que el feliz cultivo de los guisantes, signo y causa de prosperidad (dada la fragilidad del guisante, solo una sociedad cultivada y "bienestante" podía apreciarlos y cultivarlos), causado por un mayor control de los elementos y mejoras en la agricultura, habría mejorado sustancialmente la alimentación y, por tanto, la condición física de los albañiles, llevando a la construcción de edificios imposibles de levantar (una explicación quizá un tanto simple...)
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