jueves, 1 de mayo de 2025

Lavabo





Letrinas públicas del mercado de Timgad (Argelia)




 Sanitario exento romano, Museo de antigüedades y artes islámicas, Argel


Fotos: Tocho, Abril de 2025

Las letrinas -una palabra que en latin designaba un espacio donde se procedía a un lavado (de ahí nuestro moderno lavabo) tras la deposición - fueron una de las innovaciones más importantes de los romanos.
Contrariamente a los pozos negros y las zanjas, por donde no circulaba el agua, que la mayoría de las culturas antiguas -y posteriormente la Europa medieval-, utilizaban, las letrinas públicas y privadas, siempre colectivas, eran espacios sanitarios conectados a alcantarillas, luminosos y ventilados. Los asientos fijos, bajos para facilitar el tránsito intestinal, daban a una corriente de agua continua. 
Los usuarios adoptaban una posición semejante a estar de cuclillas. A los pies de las letrinas circulaba un curso de agua canalizada que permitía enjuagar las esponjas, manejadas por estrechos y largos mangos, con los que los romanos se limpiaban. Unas ranuras en los asientos facilitaban el manejo de las esponjas sin tener que alzarse. Una fuerte permitía entonces lavarse las manos. 
Se han encontrado numerosas letrinas en perfecto estado de conservación en numerosos yacimientos.
Sin embargo, el museo arqueológico de Argel posee una pieza singular y quizá única, en perfecto estado de conservación. Un lavabo individual, de mármol, romano, semejante a un mueble, que se podía instalar en cualquier espacio, conectado a la red de agua corriente y a la alcantarilla. 
El primer sanitario, podríamos decir, un perfecto ejemplo de un útil bien diseñado, imprescindible.

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