El diseñador gráfica Mariscal, célebre por sus cómics, carteles, dibujos y muebles en los años ochenta ha regresado al éxito público: ha dibujado, por encargo municipal, el cartel de las próximas fiestas patronales (Fiesta de la Mercè), en septiembre, de la ciudad de Barcelona.
El cartel ha sido ya divulgado: muestra a una figura femenina de cuya testa emergen "símbolos" arquitectónicos de la ciudad, amén de estar rodeada de imágenes asociadas al ocio, el turismo y el transporte privado: un "bus" turístico, un barco, quizá de crucero, un avión, un tren, coches, un surfero, ciclistas, y palmeras propias de un paseo marítimo.
Las críticas del Partido candidatura de Unidad Popular (CUP) han llegado puntualmente: se rechaza el cartel, no por sus cualidades estéticas -o la falta de éstas-, sino por lo que representa: signos o imágenes asociadas a realidades proscritas: turismo, transporte privado, ocio desenfrenado, etc.
La crítica es interesante.
Denota el poder de la imagen, de ésta al menos. lo que la imagen muestra acontece en la realidad: la imagen refleja lo que ocurre, o logra que lo que muestra acontezca: la imagen tiene el poder de influir sobre la realidad.
La crítica también revela que se parte de un presupuesto naturalista: la imagen es un reflejo de lo que existe o se anticipa a lo que ocurrirá sin lugar a dudas. No se concibe que la imagen refleje un mundo inexistente o tan solo soñado, deseado, pero no presente. La imagen siempre es un reflejo de algo real. La imagen no hace perder entidad a la realidad sino que le concede un peso inusitado. La imagen se concibe como un augurio o una profecía: dice lo que es o lo que será. Hay o habrán coches, buses, aviones, cruceros, surfistas y peatones en pantalón corto, seguramente turistas, dado el carácter "festivo" de la imagen o del encargo. Por tanto, si la ciudad se convierte en un hervidero de coches y de turistas gracias a la imagen, teniendo en cuenta la valoración negativa de aquéllos, ésta tiene que ser proscrita.
Lo que la crítica también refleja es la creencia en la capacidad de la imagen en trasmitir "valores", es decir entes y seres éticamente marcados, en este caso negativamente. La imagen se juzga como una imagen de propaganda. No refleja lo que existe, sino que defiende lo que muestra. La imagen es un arma política. No se juzga estética sino éticamente . Es portadora de ideas repudiadas. Las formas, los colores, la composición -fueren lo que fueren- no son tenidos en cuenta, sino que solo se aprecia lo que vehiculan: nociones de desenfreno y de gasto.
La condena de la imagen por motivos no artísticos no es nueva: este tipo de rechazo, que parte de la consideración del poder de la imagen para incidir en la sociedad, se ha practicado desde la antigüedad,y se sigue ejerciendo hoy, desde los talibanes hasta la Candidatura de Unidad Popular. Se han quemado imágenes -y artistas- por motivos políticos, éticos, religiosos, siempre desde el supuesto que la imagen no es una creación fantasiosa o imaginativa que revela un mundo irreal o inexistente, sino que muestra lo que es, o será -gracias precisamente a la fuerza de la imagen-, lo que lleva a su aniquilación: destruyendo la causa del turismo, el transporte público y el ocio -causados por la imagen- el problema se resuelve.
Esta crítica de la imagen es doblemente interesante: muestra lo que cabe esperar de un partido político si llega al poder: destrucción o condena de cualquier índicio mágico -de la capacidad del arte por afectar la realidad-:todo un canto al poder de la obra artística, en un momento en que la imagen está tan desvalorizada. Del mismo modo que la Inquisición devolvió la fuerza a las imágenes, un tanto gastadas, manieristas, la CUP insufla fuerza a imágenes tan marcadas por el tiempo como las de este cartel. Éstas siguen vigentes y capaz de influirnos. La moralidad pública exige su ocultación. Todo un programa
viernes, 21 de julio de 2017
FARSHID SAMANDARI (1971): ZIGGURAT (2014)
https://redshiftmusicsociety.bandcamp.com/album/ziggurat
Escucha legal de esta hermosa composición.
sobre este compositor e instrumentista iraní, véase su página web.
jueves, 20 de julio de 2017
Picasso y el primitivismo
Amuleto iraquí, siglo XX
Picasso. figuras de alambre
Picasso: calavera, papel rasgado
Picasso: retrato
Fotos: Tocho, Julio de 2017
La simple mención de una exposición en la que se confrontan obras modernas y "primitivas", a fin de poner de relieve sus parecidos formales, suscita recelos o críticas feroces. Los estudiosos recuerdan aun una gran exposición en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) que, en 1980, realizó esta aproximación. Fue denostada porque comparaba objetos incomparables, pertenecientes a tradiciones culturales muy distintas y parecía sugerir que las obras "primitivas" -africanas, precolombinas y oceánicas, sobre todo-, casi todas de uso mágico o en los que la magia -y no solo el utilitarismo y la seducción de los sentidos jugaban un papel que dieran razón de la existencia de esas obras-, tenía un papel importante a la hora de acotar la función de las piezas, eran dignas de entrar en un museo y ser apreciadas estéticamente (forzando así su sentido, y otorgándoles una función para la que no habían sido ejecutadas) porque se asemejaban a obras de arte occidentales modernas las cuales actuaban como guía de las piezas primitivas para que accedieran al sacrosanto cerco del arte occidental.
Picasso primitivo (que no : y el primitivismo), en el Museo del Quai Branly. Jacques Chirac, de Paris (hasta este fin de semana), que despliega una selección imponente de obras "primitivas" y de Picasso, no todas conocidas, pero todas espléndidas, parte sin embargo de un postulado distinto, que refleja el modo cómo hoy se juzga la creación humana.
Aun cuando la muestra juega con los parecidos formales -a veces forzadamente-, tras haber demostrado con documentos exhaustivamente comentados que artistas modernos como Picasso o Matisse compraban, vendían y coleccionaban, amén de que apreciaban, artes "primitivas", y eran conscientes de la influencia que estas obras ejercieron sobre su manera de ver y sobre todo de representar el mundo, justifica la selección y la ordenación de las piezas a partir de un criterio temático: todas las obras expuestas, modernas o "primitivas, son el reflejo de una manera parecida de percibir el mundo.
Desde luego, el trasfondo cultural y político está obviado en gran parte: la exposición apenas trata del tema del colonialismo que llevó al expolio de obras hacia museos y colecciones europeos, y nada dice de las culturas a las que pertenecen las obras, salvo las modernas occidentales, entroncadas a menudo en el surrealismo.
El historiador alemán de principios del siglo XX, Aby Warburg, parece conducir el argumento de la exposición: todas las obras de arte reflejan un limitado número de maneras de juzgar la vida: sentimientos, creencias -miedos, esperanzas- ante el mundo y la vida, son compartidos por todos los seres humanos y son expresados de un modo parecido, que salta por encima de las convenciones propias a cada cultura.
Así, culturas muy distintas han concedido igual importancia al cuerpo, al sexo, a la energía vital que se canaliza no solo a través de los cuerpos, a la muerte, a la perdida, etc., y han reflejado, de manera parecida, sus impresiones, sus deseos o temores ante esos fenómenos, esas pulsiones vitales, esas emociones. La exposición, por tanto, no sugiere que Picasso se inspirara en obras "primitivas" ni que éstas puedan ser apreciadas como obras de arte gracias a su parecido con la obra de Picasso, sino que ambas pueden ser comparadas porque responden a motivaciones o visiones parecidas.
Este postulado, sin embargo, obvia que los contenidos o razones que atribuimos a las obras, "primitivas" en este caso, están basadas en concepciones modernas occidentales, sobre todo freudianas, inspiradas, por otra parte, por la visión que Freud tenía del arte "primitivo" que coleccionaba. y no atiende a los motivos que los artistas, artesanos o magos de dichas culturas "antiguas o primitivas" tuvieron para dar forma -y esa forma, que satisfacía una o unas determinadas funciones- a las obras que se exponen.
La exposición sigue reflejando una visión moderna y occidental de creaciones de otras culturas cuyas razones, seguramente, nos escapan en gran parte. Asumiendo esa limitación, la exposición muestra una selección de obras única
lunes, 17 de julio de 2017
MAKOTO SHINKAI (1973): KIMI NO NA WA (君の名は。,YOUR NAME, TU NOMBRE, 2016-2017)
Un joven arquitecto recién titulado pasa entrevistas con diversas grandes empresas promotoras o constructoras para hallar trabajo, pero sus propósitos no son, una y otra vez, bien recibidos ni aceptados, mientras que sus compañeros hallan un empleo sin problemas: el joven querría planificar ciudades y construir edificios que, contrariamente a las regulaciones legales y horarias estrictas, que pautan el tiempo y la ocupación del espacio, pudieran acoger lo imprevisto y proteger el mundo que la imaginación, los sueños y los anhelos componen, abren o revelan.
Tres años antes, soñaba con poder estar cerca de la deseada responsable de un restaurante de comida rápida en el centro de Tokio donde trabajaba, con duras condiciones, de camarero.
Más de mil quilómetros de allí, en un pueblo en medio de las montañas, que no acogía ni siquiera un bar, una niña, a punto de convertirse en una adolescente -que descubre con horror cómo le crecen los pechos y tiene la primera regla-, huérfana de madre y abandonada por su padre, alcalde del pueblo, al cuidado de su abuela, muy religiosa -cuyas prácticas animistas la niña también sigue-, estalla un día y grita al viento, al salir de un templo en lo alto de una montaña, que querría convertirse en un chico guapo y vivir en Tokio.
Entonces....
Mientras la televisión y los diversos medios anuncian la llegada de un cometa que pasará cerca de la tierra y cruzará el cielo de Japón
Extraordinario dibujo animado para adultos, complejo, hermoso, perfecto -salvo por algunas canciones pop japonesas chillonas, alguna fugaz expresión deudora de la serie japonesa de dibujos animados Heidi, y un final, ambiguo, ciertamente, pero quizá excesivamente acomodaticio. Detalles que no afectan el que debe ser el mejor dibujo animado del siglo XXI.
Existen varios enlaces, para ver la película completa y en directo, pero seguramente son ilegales. Quizá tan solo este enlace podría ser legal:
http://skanime.net/kimi-no-na-wa-online-sub-espanol/,
enlace que se retirará si incumple los derechos de autor y de proyección
Labels:
Animación y arquitectura,
arte moderno,
Ciudades
domingo, 16 de julio de 2017
ARMIN VAN BUUREN (1976): COMING HOME (2010)
Cuando Barcelona vuelve a reunir un gran número de productores de música electrónica...
Sobe este productor holandés, véase su página web
Labels:
Modern Art,
música y arquitectura
viernes, 14 de julio de 2017
Lo auténtico
La próxima y segura desaparición de un comercio fundado hace más de sesenta años, en el casco antiguo de Barcelona, instalado en una tienda de estilo modernista, debido al desmesurado aumento del precio del alquiler, ha llevado a su dueño, ante la vista de grandes marcas o marcas multinacionales capaces de pagar los altos precios solicitados, a quejarse de la pérdida de "lo auténtico" en el comercio de la ciudad.
Del mismo modo, existe cierta tendencia a buscar "autenticidad" en restaurantes, comercios, pueblos y ciudades.
¿Qué significa "auténtico"? Aunque el estudio etimológico de la palabra autenticidad muestra que procede, a través del latín, del adverbio griego authentikos, que significa con autoridad, y que liga la autenticidad con la autoridad (o con una voz propia), y del sustantivo authentes, que se traduce por quien actúa por sí mismo, con un poder absoluto -lo que lleva a asociar la autenticidad con la violencia, ya que un asesino que actúa sin ayuda y mata de moto propio y clavo el puñal o degolla con su propia mano, también es auténtico-, las imágenes asociadas modernamente a lo que calificamos de auténtico no siempre cuadran con las que derivan de la palabra griega. Al menos en parte.
Lo auténtico se asocia a menudo a lo no urbano: las cosas y los actos propios de la vida campestre o pueblerina suelen merecen este calificativo. Auténtico sería lo que no parece haber sido "manipulado": es lo rudo, lo pedestre; se asocia a la tierra. lo auténtico es lo anti-moderno. se asocia al terruño -a imágenes de una vida no "contaminada" tanto por la ciudad como por el progreso. Auténtico es lo que tiene una imagen no mediatizada -sin que nos demos cuenta que no existe mayor "mediatización" que la fabricación o promoción de productos y actos "auténticos". Asperezas, rugosidades, limpieza dudosa -la limpieza, en este caso, evoca la mentira, la ocultación de la imperfección, signo de un trabajo manual (como, ciertamente, denota la palabra griega). Auténtico sería un entre único, ajeno a la producción en serie, hecho con materiales "naturales", que no esconde, antes bien, exalta su origen. Una cosa, un acto original -singular- pero también "ancestral" pasa por auténtico (como bien saben los artesanos "primitivos" que fabrican bibelots para turistas que remedan fetiches de tiempos pretéritos. Lo auténtico evoca un huida hacia el pasado: un pasado construido y soñado, edénico, donde los conflictos, la violencia, la miseria y la explotación desaparecen en aras de una imagen idílica del artesano trabajando aplicadamente para satisfacer necesidades básicas. lo auténtico es el sueño del buen salvaje de Rousseau: un retorno a una edad incierta pre-industrial, cuando la máquina y la producción en serie no intervenían. Cada producto "auténtico" es único, porque ha sido labrado "a mano" -pero nos olvidamos que el trabajo manual bien ejecutado da lugar a objetos idénticos, mientras que las variaciones, las imperfecciones, signos de autenticidad -que un artesano o un mago no aceptarían porque significarían que, por unos momentos, no habría alcanzado la excelencia requerida-, a menudo son obra de máquinas programadas para producir objetos todos distintos.
Lo auténtico es una categoría negativa: parte del rechazo del tiempo presente. Construye una fábula, un tiempo de fábula, liberado de las prisas, de condicionantes económicos, en el que el artesano o el artista compone a voluntad, siguiendo los meandros de la imaginación, sin sometimiento alguno.
Lo curioso, sin embargo, es que lo autentico es un verdadero "constructo": la "naturalidad" de lo auténtico es el resultado de un trabajoso esfuerzo que pretende borrar cualquier signo material. Es decir lo auténtico es un verdadero artificio, y posiblemente no haya nada más artificial -por no decir falso- que lo auténtico.
Del mismo modo, existe cierta tendencia a buscar "autenticidad" en restaurantes, comercios, pueblos y ciudades.
¿Qué significa "auténtico"? Aunque el estudio etimológico de la palabra autenticidad muestra que procede, a través del latín, del adverbio griego authentikos, que significa con autoridad, y que liga la autenticidad con la autoridad (o con una voz propia), y del sustantivo authentes, que se traduce por quien actúa por sí mismo, con un poder absoluto -lo que lleva a asociar la autenticidad con la violencia, ya que un asesino que actúa sin ayuda y mata de moto propio y clavo el puñal o degolla con su propia mano, también es auténtico-, las imágenes asociadas modernamente a lo que calificamos de auténtico no siempre cuadran con las que derivan de la palabra griega. Al menos en parte.
Lo auténtico se asocia a menudo a lo no urbano: las cosas y los actos propios de la vida campestre o pueblerina suelen merecen este calificativo. Auténtico sería lo que no parece haber sido "manipulado": es lo rudo, lo pedestre; se asocia a la tierra. lo auténtico es lo anti-moderno. se asocia al terruño -a imágenes de una vida no "contaminada" tanto por la ciudad como por el progreso. Auténtico es lo que tiene una imagen no mediatizada -sin que nos demos cuenta que no existe mayor "mediatización" que la fabricación o promoción de productos y actos "auténticos". Asperezas, rugosidades, limpieza dudosa -la limpieza, en este caso, evoca la mentira, la ocultación de la imperfección, signo de un trabajo manual (como, ciertamente, denota la palabra griega). Auténtico sería un entre único, ajeno a la producción en serie, hecho con materiales "naturales", que no esconde, antes bien, exalta su origen. Una cosa, un acto original -singular- pero también "ancestral" pasa por auténtico (como bien saben los artesanos "primitivos" que fabrican bibelots para turistas que remedan fetiches de tiempos pretéritos. Lo auténtico evoca un huida hacia el pasado: un pasado construido y soñado, edénico, donde los conflictos, la violencia, la miseria y la explotación desaparecen en aras de una imagen idílica del artesano trabajando aplicadamente para satisfacer necesidades básicas. lo auténtico es el sueño del buen salvaje de Rousseau: un retorno a una edad incierta pre-industrial, cuando la máquina y la producción en serie no intervenían. Cada producto "auténtico" es único, porque ha sido labrado "a mano" -pero nos olvidamos que el trabajo manual bien ejecutado da lugar a objetos idénticos, mientras que las variaciones, las imperfecciones, signos de autenticidad -que un artesano o un mago no aceptarían porque significarían que, por unos momentos, no habría alcanzado la excelencia requerida-, a menudo son obra de máquinas programadas para producir objetos todos distintos.
Lo auténtico es una categoría negativa: parte del rechazo del tiempo presente. Construye una fábula, un tiempo de fábula, liberado de las prisas, de condicionantes económicos, en el que el artesano o el artista compone a voluntad, siguiendo los meandros de la imaginación, sin sometimiento alguno.
Lo curioso, sin embargo, es que lo autentico es un verdadero "constructo": la "naturalidad" de lo auténtico es el resultado de un trabajoso esfuerzo que pretende borrar cualquier signo material. Es decir lo auténtico es un verdadero artificio, y posiblemente no haya nada más artificial -por no decir falso- que lo auténtico.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)