Una frase que resumía un largo artículo sobre arquitectura religiosa contemporánea, publicada ayer en un diario de tirada nacional española, ha dado lugar a un intercambio de opiniones:
X: Creo que el autor del texto no ha acertado. La afirmación es errónea
Y: ¿Por qué?
X: Es erróneo escribir que, a partir de ahora, las iglesias "sólo" pueden ser ascéticas y además consensuadas a partir de la participación de los usuarios. Eso es un error incomprensible.
Si alguna tipología es aún válida, y deseable la autoría y la desmesura, es precisamente en las tipologías arquitectónicas relacionadas con el culto religioso.
Ya sea católico, islámico o sintoísta.
[Nota: el artículo, pese a estudiar las causas formales y finales de la arquitectura religiosa contemporánea, se centra solo en templos cristianos, obviando, por ejemplo, la existencia de
mezquitas (foto 2: mezquita en Teherán) que se apartan de las formas tradicionalmente asumidas y, a menudo, impuestas. Así el proyecto de la mezquita del Viernes Santo, del arquitecto jordano Rasem Badram, en Bagdad, nunca construida, es un buen ejemplo, como la reciente mezquita libanesa de Amir Shakib Arslan, del estudio de arquitectura L.E.FT]
Y: En efecto; la capilla del artista contemporáneo inglés Grayson Perry, Premio Turner, en el condado inglés de Essex -Dream
House (foto 4), un templo profano, dedicado a una santa imaginaria del siglo XX, basado en capillas de peregrinaje y en iglesias eslavas- , es un ejemplo de sobreabundancia decorativa actual (el templo está enteramente recubierto de azulejos con distintos motivos geométricos y colores).
La reluciente catedral ortodoxa de la Santa Trinidad (foto 3), del arquitecto Willmote, recientemente inaugurada en París, no se desmarca del templo profano de Perry.
Las iglesias (los templos) no son fruto del consenso, sino que son actos de fe, de confianza o de entrega -ciega o a sabiendas-, no de negociación. No se negocia con la divinidad, ni con el resto de los fieles (que no usuarios): no existirían comunidades religiosas, iglesias, en sentido literal, ya que éstas depositan su confianza, se entregan absolutamente, sin cálculos ni reticencias, sin dudas ni inquietudes, a una o a varias divinidades. La arquitectura religiosa no se distingue de los fieles. Un templo vacío no tiene sentido. No existe, al menos en las religiones monoteístas para las que el templo no es la morada de la divinidad sino un lugar de encuentro entre mortales e inmorales.
X: El templo del Santo Redentor, en la Laguna (Tenerife), de Fernando Menis [origen del artículo comentado, foto 1], es todo lo contrario a ascético.
Es complejo, aleatorio y diverso en texturas y formas.