sábado, 4 de mayo de 2013
La arquitectura según Neo Rauch (1960)
Neo Rauch (1960) es un pintor de Liepzig (en la antigua Alemania del Este).
Sus imágenes, cada vez más depuradas o menos "barrocas" -de estilo menos aplicadamente barroco-, conjugan, en un mosaico de viñetas conjuntadas o superpuestas, edificios, figuras y acciones o escenas del pasado y del presente, formando un conjunto en el que se intuyen alegorías, casuales o no, y en las que se percibe un extraña amenaza, como el si el pasado volviera del pasado para rondar el presente.
Sus imágenes se asocian a Magritte -y a de Chirico y Picabia; quizá Balthus sea un referente más evidente, al que se suma, quizá, de manera más clara, el arte de Sigmar Polke. El cómic parece también otra fuente iconográfica.
Pero, más allá de citas eruditas (a la que las obras invitan, pero de cuya tentación obvia habría que apartarse), las imágenes más desnudadas desvelan un imaginario inquietante, familiar y extraño, reconocible -y no deseable- a primera vista-, pero difícilmente ubicable, a continuación; ¿de dónde proceden estas escenas, esas arquitecturas?
Parecen querer "decir" algo, pero lo más singular es que posiblemente no digan nada; son como palabras o frases en distintos idiomas que crean, voluntariamente una ilusión de sentido, revelándose al fin, como un juego de manos (o de palabras): sobre el escenario actual no se puede decir nada, o solo se puede revelar que nada se puede decir.
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Una obra muy sugerente, sin duda. Temo que el imaginario desplegado en esas composiciones no puede transmitir un significado unívoco: éste se condensa a partir de la experiencia vital de una cultura, de una generación, tal vez ya sólo del pintor y del que mira, en mundos separados.
ResponderEliminarPero más que a Magritte o de Chirico, el papel de las arquitecturas en estas obras me recuerda en varios casos a Escher. No por parecido formal alguno, sino porque las usa para materializar la descomposición del espacio-tiempo en distintos fragmentos que acogen esas historias superpuestas o incrustadas que conviven en un mismo cuadro, tal vez con la lógica de los sueños. Ventanas, columnas y dinteles operan como marcos de viñetas (algo más sutiles) pero, para nuestra intranquilidad, no son capaces de contener la tensión, la violencia de los personajes, ahora ya una amenaza de la que nosotros, fuera del lienzo, tampoco nos sentimos totalmente a salvo.
Saludos inquietos,
Santiago
Me gusta mucho la primera impresión,pero creo que a los pocos segundos se impone lo que dice el sr Azara :quizá no quiere decir nada ,son meras yuxtaposiciones .Creo que no logra transmitir una atmósfera como hacen Magritte o Chirico ni te hace preguntarte por las relación entre las escenas o los personajes .
ResponderEliminarEn ese sentido,me resulta bastante frío e inexpresivo.Sus arquitecturas me recuerdan un poco a Hopper ,por esa sensación de estar congeladas.No sé si se puede deber a que parece trabajar sobre fotografías.
Quizá es lo contrario de lo que ocurre en la animación “El pájaro en la ventana “puesta hace pocos días en el blog y que parece hecha también con la lógica de los sueños,pero donde cada imagen o escena te sumerge en un cúmulo de evocaciones.
No sé si la impresión cambiaría al ver los cuadros en directo,en un tamaño más grande
Maria
La referencia a de Chirico, tan citada, me parece, en efecto, un tanto tirada por los pelos.
ResponderEliminarNo se me había ocurrido la referencia a Escher, sugerente sin duda, pues aunque Escher buscara burlar los sentidos, componiendo escenas en apariencia coherentes pero imposibles, y Rauch compone más bien fragmentos de una misma realidad sin importarle que el resultado sea, a simple vista, enigmático, es cierto que la vista se pierde en un mar de coordenadas que se contradicen entre sí
Un atento saludo
Las pocas obras de Rauch que he visto directamente me inquietan, no por el tema o la manera de componerlo, voluntariamente extraño, sino por la frialdad de la composición o, mejor dicho, por esta quizá excesivamente forzada búsqueda de composiciones insólitas en las que prima la sorpresa, es decir la manera o el estilo (como en el Manierismo), antes que el significado, o, aun más precisamente, por esta voluntad de dar la sensación que la composición tiene múltiples y complejos significados cuando, en verdad, quizá no tenga ninguno.
ResponderEliminarAun así, me parece que la obra de Rauch, sobre todo las últimas obras menos lastradas de buscada trascendencia y de referencias "clásicas", merece ser contemplada, incluso si, tras su estudio, se descubre que poco aporta más allá de su esforzada complejidad.
Ambos comentarios, de Santiago y de María, permiten valorar mejor la obra de Rauch. Muchas gracias.
Perdón por volver sobre el tema,pero viendo otra vez los cuadros sí veo relación entre las escenas ,así que una vez más me viene a la cabeza la capacidad de proyectarnos a nosotros mismos en la obra de arte y el hecho que sea cada vez distinta.
ResponderEliminarSaludos
Queda la duda si el sentido de la obra ha sido otorgado por el artista o es fruto de nuestra interpretación que dota de sentido a las formas percibidas.
ResponderEliminarSupongo que la respuesta se halla entre ambas posturas, siendo así el responsable del sentido de la obra tanto el artista cuanto el espectador.
Si,es cierto,se me olvidó esa segunda parte.Y además ,todo lo que el artista transmite de modo inconsciente a través de la forma de pintar ,la manera de poner la pintura con el pincel etc
ResponderEliminarPuede que estas imágenes,como las de tantos collages hayan sido elegidas porque daban la sensación de encajar de alguna manera o de expresar algo ,sin saber qué ni porqué.A la manera de los surrealistas.
En cualquier caso,estoy de acuerdo con usted en que es un pintor que merece la pena.Ví hace tiempo fotografías de sus cuadros en una revista y me impresionó,pero no conseguía recordar su nombre ,así que me alegro de haberlo recuperado.
Saludos cordiales
Supongo que la pintura de Rauch tiene, en efecto, influencias de obras surrealistas.
ResponderEliminarDesde luego es difícil o imposible- juzgarlas en fotografía, pero las pocas obras que he visto en directo producen la misma impresión -o una impresión tan intensa, y tanta extrañeza, y a veces dudas- que las reproducciones fotográficas.
Me alegro que le haya interesado.
He encontrado este pintor:Ian Gamache.Tiene un mundo muy sicótico ,pero me parece buen pintor
ResponderEliminarhttps://www.facebook.com/ian.gamache.art
Buenos días
ResponderEliminarEn efecto, un artista curioso, cuyas pinturas se asemejan a pinturas en la calle.
El artista enmascarado, cuyo rostro se cela o se confunde con el de su obra. Una obra, así, que refleja el rostro, verdadero o no, del artista.