El MAD (Museo de artes Decorativas) de París presenta una exposición antológica dedicada al arquitecto, decorador y diseñador italiano Gio Pontí, "escenografiada" por el arquitecto francés Jean-Michel Wilmotte.
La muestra, exhaustiva sobre el suntuoso trabajo artesano de Ponti (platería, vidrio, cerámica), desde la Exposición de las artes Decorativas de París en 1925 hasta los años setenta del siglo pasado, aunque, más pobre, sin embargo, sobre sus obras arquitectónicas (la Torre Pirelli -1956-1960- de Milán, o uno de sus últimos proyectos, la sorprendente catedral de Taranto, de 1964-1970), se abre, precisamente tras una celosía descomunal que reproduce un fragmento de la fachada de dicha catedral singular, tras la cual, dos largas naves blancas, separadas por tramos de altos muros de perfiles irregulares sobre los que se proyectan, a diferentes alturas, fragmentos de películas filmadas en interiores de Ponti, y se muestran grandes fotografías de anuncios de sus creaciones, y a las que se adosan, a lado y lado, estancias oscuras, a modo de capillas, dedicadas a sus trabajos de diseñador y de decorador, exponen sobre todo conjuntos de muebles recogidos entre esquinas.
La exposición, centrada más en los primeros trabajos del arquitecto, ofrece la imagen de un arquitecto entre exquisito y algo kitsch -voluntariamente o no-, muy marcado por el Art Deco, e inmerso en el mundo cultural del periodo de entre-guerras italiano, colaborando con -o dando trabajo a- pintores como de Chirico, y arquitectos como Scarpa, la imagen de un creador generoso y de otra época, que, según los arquitectos Victoria Garriga y Tiziano Schürch, diseño la silla más hermosa del siglo XX: la llamada Superligera, basada en un modelo tradicional del sur de Italia, y que sigue en producción.
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