Descripción del contenido de las nuevas salas del Museo de Arte Moderno. Centro Reina Sofía de Madrid dedicadas a obras recientes de la colección permanente:
“ “Empezaremos en los años noventa, con el consenso forzado del neoliberalismo, la globalización y su cuestionamiento. Habrá lugar para los movimientos altermundialistas, la crisis del 2008, el 15-M e incluso la pandemia. Se subrayará la importancia del ecofeminismo, la descolonización, el precariado, lo performativo y la búsqueda de nuevos vocabularios. Y todo ello, con la puesta en escena de los formatos artísticos más actuales, para los que estas salas son perfectas”, explica Borja-Villel”.
El arte, al menos desde el Renacimiento en Europa, solía ofrecer una visión reposada, meditada sobre el mundo, una mirada sobre lo que pasó que alumbraba lo que pasaba, lo que estaba pasando. El arte ofrecía detenimiento (y no solo entretenimiento para soportar el paso del tiempo o hacer olvidar que éste pasaba), detenía el tiempo -para poder reconsiderarlo.
Hoy, por lo que parece, el arte se confunde con la crónica, con la exclamación, con la reacción instantánea , automática, por lo que su interés y su validez duran lo que dura un exabrupto. Y poco puede aportar a la reflexión sobre lo que nos ocurre, curiosamente, poco aporta a la comprensión del presente.
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