Nos hemos olvidado quizá de lo que significa la palabra asignatura, que designa -un verbo relacionado con el sustantivo que se comenta- la materia o tema que un estudiante debe saber, impartida por un profesor. El verbo latino adsignare significa otorgar una parte de un ente con motivo de un reparto. Lo que la universidad reparte son conocimientos o estudios asignados a diversos profesores, quienes explican y aclaran partes de los saberes que un estudiante deben poseer para convertirse en un especialista o sabio en un tema determinado, y poder ejercer o practicar con propiedad, con pleno conocimiento, con todas las armas en su mano.
El verbo latino se relaciona con el sustantivo signum, y es aquí donde la imagen despunta. Los diversos significados de dicha palabra se refieren a diversas manifestaciones imaginativas. Un signum era una huella impronta bien visible; una bandera, un estandarte, que son signos de reconocimiento y señales de pertenencia a un grupo; un sello, que personaliza e identifica a quien emite un comunicado escrito o gráfico; una constelación, un “signo” celestial que augura buena o mala fortuna, una señal que determina la vida, un anuncio profético que muestra, antes de que acontezca en la tierra, lo que nos espera; y una estatua.
Los signos son imágenes destacadas, relevantes, pues inciden, marcan la vida de los hombres. No se trata de “meras” apariencias insustanciales, sino de avisos a tener muy en cuenta. Por lo que una asignatura prepara el porvenir del oyente o estudiante, le señala opciones vitales o profesionales, y le adiestra no sólo en cómo obrar, sino en si debe obrar y en la importancia, valor y relevancia de su obra. Una asignatura determina una vida; son señales que acompañan o advierten de lo que se puede y no se puede hacer, de las bondades o peligros de la “práctica” profesional.
La imagen o el signo no son prescindibles ni deben ser ninguneados, porque solo con dichas imágenes el estudiante sabrá como operar en el futuro y estará capacitado para reflexionar sobre las consecuencias de sus actos. Las asignaturas son mensajes escritos y gráficos venidos del futuro que preparan a la vida, la facilitan y ofrecen pautas que evitan perderse o equivocarse sin remedio. Las asignaturas son voces consejeros que auguran una vida plena, satisfactoria, una creación y una reflexión que tenga “razón de ser”, evitando el desvarío, el bloqueo o la pérdida de criterios. Las asignaturas evitan males o daños futuros, tanto personales como para la comunidad. Y una señal siempre es una imagen a tener muy en cuenta.
Conocer el valor de las imágenes: tal es la misión de la teoría, una "asignatura" minusvalorada en los estudios de arquitectura en España.
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