Fotos: Tocho, Julio de 2024
Los jardines “persas” de la universidad de Barcelona, uno de los más frondosos y recoletos de Barcelona fueron plantados cuando la construcción de la universidad entre 1859 y 1871. Su diseño -que aúna las acequias persas con los cipreses de las isla de los muertos del célebre cuadro de Arnold Bocklin-, fue obra, al igual que el edificio, del arquitecto Elías Rogent.
Dichos jardines fueron restaurados y ampliados en 1934 por el que podría haber sido el jardinero español del siglo XX, Artur Rigol (1898-1934, fallecido por un atropello a los 35 años durante los violentos años previos a la guerra civil), colaborador habitual del grupo de arquitectos GATCPAC, y por dos jóvenes miembros de dicho grupo, los arquitectos Josep González (1906-1997) y Francesc Perales (1905-1957).
Pese a que son unos jardines de una universidad pública se conservan en buenas condiciones.
Algunos estudiantes (y ciudadanos en general : los jardines están abiertos al público) leen o descansan, y la imagen de un bosque encantado, salpicado, de estanques, acequias y fuentes que rodean un viejo y hermoso invernadero, una casita de cristal oculta por las copas, flanqueado por un castillo medieval (como así se muestra el edificio neo-gótico de la universidad), contribuye al olvido de la ruidosa ciudad que envuelve este insólito Edén.
Para Inés, María, Olimpia, David y Pablo que han hallado un refugio en los jardines Ferrán Soldevila (abiertos al público en 1995).
Agradezco la corrección de Estanislao Roca
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