martes, 26 de abril de 2016

La casa y el vacío (Lao Tsé)



"Modela una vasija con arcilla. Del vacío del cuenco depende su utilidad.
Abre puertas y ventanas en las paredes de un hogar; del vacío de las aberturas nace la utilidad del hogar, el vacío nos permite habitarla. Así pues, nos beneficiamos de la existencia de las cosas, pero es la no-existencia (el vacío) lo que no es verdaderamente útil"

(Lao Tsé, Lao Te Ching -el gran libro del Tao-, 11, s. VI aC)

El vacío, el no-ser es lo que nos permite ser; el vacío es el espacio en el que nos insertamos. La casa es nuestro lugar, un receptáculo vacío que nos aguarda y nos crea. La casa es así una matriz, un hueco abierto pronto a darnos a luz.

El hogar (el espacio interior, doméstico) aparece como la "materialización" o "visualización" del espacio, y la casa de muestra cómo un mundo, como el mundo. El espacio es siempre el lugar donde nace el ser, donde nacemos y vivimos. No hay especie sin seres (ni enseres), el espacio es la causa y condición de la vida, no la vida en abstracto, sino de cada ser, de cada uno de nosotros 


lunes, 25 de abril de 2016

JOSÉ MANUEL BALLESTER (1961): JOSEP MARÍA JUJOL. CASA PLANELLS (2016)










El pintor y fotógrafo José Manuel Ballester, con la editora Dolors Magallón (Ediciones Hipòtesi), "lanza" próximamente una colección de libros de artista dedicados a relevantes casas del siglo XX que no han estado en portada. Casas discretas, en segunda línea, y sin embargo más vitales y más vividas que casas paradigmáticas o programáticas modernas.
Todas las obras han estado fotografiadas por Ballester, a menudo para la ocasión, en los últimos años.

El primer libro, con un texto del arquitecto y estudioso de la obra de Jujol, José Llinás, está dedicado a la modesta tardo-modernista Casa Planells en Barcelona, de la que muestra un piso aún utilizado. Las fotografías han sido tomadas en 2015 y 2016 para la ocasión.

Los siguientes libros -quizá una colección de diez, titulada Espacios íntimos- estarían dedicados a casas de Lina Bo Bardi, Josep María Sostres, Rafael de la Hoz, Antonio Bonet Castellana, etc.

Los edificios seleccionados no son viviendas "musealizadas" -convertidas en decorados como tantas obras de Antoni Gaudí- sino que son espacios en los que se vive o se trabaja. Casas con las marcas, los rasguños que la vida causa, que ni se esconden ni se magnifican.

Cada libro constará de ejemplares a precios asequibles, en formato de bolsillo, cercanos al libro de artista más que a un manual de arquitectura, y unos pocos ejemplares acompañados de una fotografía numerada -edición de tres- y firmada.

sábado, 23 de abril de 2016

Arte y pornografía

" La imagen considerada pornográfica no ha entrado [en los museos] o lo ha hecho solo cuando representaba la mirada colonial, masculina, heterosexual dominante"

(Paul B. Preciados -Beatriz Preciados, ex-conservador(a) del museo de arte contemporáneo de Barcelona MACBA)

Es curioso. Los museos de arqueología en casi todo el mundo (existen ciertas limitaciones en algunos países musulmanes y no todo puede contarse -por razones religiosas, que no morales- en algunos museos de Israel) coleccionan y exhiben sin problemas un buen número de tablillas mesopotámicas con escenas sexuales "explícitas" -eran "entradas" para tabernas y burdeles- (aunque es cierto que un centro de arte cercano quiso esconderlas), cerámicas griegas con escenas de diversas prácticas heterosexuales, homosexuales y de bestialismo, así como escenas de defecación (posiblemente "sexuales"), estatuillas mesopotámicas, griegas y romanas con escenas de penetración, pinturas (frescos) con imágenes de uniones entre humanos, humanos y animales, divinidades y humanos, y divinidades y animales, así como figuras profilácticas masculinas y femeninas con la ostensible exhibición de órganos sexuales a veces descomunales, amén de toda clase de amuletos con falos erectos y vaginas abiertas (como un conocido relieve cananeo de Asherat, esposa de Yahve abriéndose la vagina con las manos, del Museo de Israel en Jerusalén, expuesta en Barcelona hace años. Amen de la muy precisa iconografía esculpida, bien a la vista, y pintada hinduista, y de la desbordante imaginería japonesa, asi como de las más escondidas escenas románicas.

O estas imágenes no son consideradas pornográficas hoy (no lo eran en su momento, muy posiblemente; pornografía significa representación de la porneia: prostitución, relacionado con el verbo porneuô: tener relaciones con gentiles -paganos o miembros de clases "bajas"-, o adorar ídolos -falsos dioses, o dioses paganos-, y con porne, que significa prostituto o prostituta, pero sobre todo esclavo o esclava; el verbo pernemi no significa comprar servicios sexuales, sino adquirir esclavos. Desde luego, etimológicamente, la prostitución tenía que ver con la sumisión y con el poder, pero no con la sexualidad -dominante o sometida, ni regulada) o no son artísticas, o representan la mirada antes citada (¿qué escapa entonces a esta mirada: la inmaculada concepción? ), o los museos de arqueología no son museos, reservando ésta palabra para nombrar los que exponen arte contemporáneo.
O la frase es inexplicable. O tópica



Asherat (unida a Yahvé), Museo de Israel, Jerusalén

San Jorge (Sant Jordi), arquitecto


El dios mesopotámico Ninurta decapitando al dragón de siete testas (Museo de las Tierras de la Biblia, Jerusalén)


Jordi (Jorge) viene del griego (geôrgios). Es una palabra compuesta. Une los sustantivos ge (tierra) y ergon (trabajo). Geôrgion significa tierra labrada, cultivada; geôrgeô se traduce también por fertilizar. El poema de Virgilio las Geórgicas es un canto a la regulada vida en el campo, tarea con la que se pauta el tiempo y el espacio.
Santiago de la Vorágine, en la medieval Leyenda dorada, afirma que el nombre de Jorge viene también del sustantivo griego hieron, que se traduce por santo, y gyon, que significa luchador, palabra que derivaría de Gihon, uno de los cuatro ríos del Paraíso, símbolos de las virtudes cardinales y, en este caso, de la Templanza: una virtud simbolizada por un compás -con el que medir y mesurar-, emblema de la Geometría y de la Arquitectura. La etimología muy posiblemente es fantasiosa, pero significativa. Revela el imaginario de San Jorge.
  
Jorge es un agricultor (tal es el significado literal del nombre), un trabajador de la tierra. Abre surcos y zanjas para cultivar y para fundar. 

Érase una ciudad llamada Silene, ubicada en Libia según Santiago de la Vorágine (quizá la ciudad colonial griega Cirene, fundada por Apolo). Como Delfos, la ciudad sagrada apolínea de la que Cirene era una imagen o una réplica, Silene estaba asediada por un dragón que controlaba una fuente. Los habitantes de la ciudad, sedientos, sacrificaban ovejas sin resultados, por lo que decidieron entregar una virgen para aplacar al dragón. Cuando la hija del rey iba a ser entregada al monstruo, Jorge, subido a un caballo blanco -un emblema de coraje y pureza-, apareció, mató al monstruo y liberó a la joven. Su gesta no era excepcional. Ya el héroe griego Perseo había liberado a la princesa Andrómeda atada a una roca para aplacar a un dragón.

Los países de religión musulmana celebran la fiesta del hombre santo Al-Khidr (Al-Jidr) el 23 de abril, día también de Jirjis (Jorge en árabe).  Al-Khidr estaba asociado al dios fenicio Kothar. Su nombre significa Hábil, Diestro, Sabio. Se trataba del herrero divino. Construyó el reluciente palacio del Dios Baal, fundó ciudades, y forjó las armas con las que Baal pudo matar al dragón marino Yam que ponía el jaque al mundo. Kothar también modeló los apeos con los que trabajar la tierra. 

Dicha labranza era similar a la que practicaban los escribas cuando abrían surcos en las tablillas de arcilla. Kothar, que manejaba los sopletes de la forja que expiraban rítmicamente, era un poeta y un músico inspirado, que transcribía versos y notas en tablillas. Su figura y sus acciones estaban modeladas sobre las del dios mesopotámico Ea o Enki, dios de las artes y de la arquitectura, que ordenó y cultivó la tierra, con cuyo monstruo, el dragón Tianat, luchó a fin de completar el universo, ayudado por su hijo el Dios babilónico Marduk.

El dragón, asociado a la tierra y las fuentes, evocaba las fuerzas primigenias aplacadas por Jorge. La tierra domesticada, pudo ser cultivada y habilitada. Liberó la ciudad y logró que dominara la tierra circundante y la pusiera a su servicio, así como libró a la princesa de la muerte lo que aseguró la perpetuación de la ciudad.
Jorge era un arquitecto, el primer arquitecto. Kothar era una variante de Caín, el primer  herrero (qayin es herrero en hebreo), y el primer constructor de ciudades, tras haber dominado el primer dragón, el demonio, real e interior.

viernes, 22 de abril de 2016

La ciudad y las bombas



Sprawl es una palabra inglesa que ha pasado casi al vocabulario habitual del urbanismo en otras lenguas. Designa la creciente extensión en todas direcciones de barriadas o ciudades-jardín, supuestamente idílicas, compuestas por un sin número de villas aisladas, rodeadas de jardín, con un frente de césped dando a una trama de calles a imitación de caminos en el campo, de la que ninguna verja las aisla. Se traduce por dispersión urbana.
Se ha pensado que este tipo de crecimiento urbano, que ocupa un territorio desmesurado, muy lejos del centro de la ciudad -si es que existe-, es una transposición de las ciudades-jardín inglesas a los Estados Unidos, o bien refleja el gusto por lo rural y el aislamiento de pequeñas comunidades protestantes que revelan la procedencia centro europea de los emigrantes, reacios a la estructura urbana compacta del sur de Europa. La escasa población de los Estados Unidos en la primera mitad del siglo XX y la extensión del territorio, permitía esta ocupación tan poco densa, a la que la cultura del automóvil particular contribuyó decisivamente (frente al uso del transporte público propio de ciudades europeas).
Pero es muy posible que esas explicaciones sean inexactas o insuficientes.
Las extensas periferias de las ciudades norteamericanas, convertidas en periferias sin centro, bien podría responder a un urbanismo que tenía como fin planificar barrios muy extensos, alejados del centro, de modo que, en caso de un ataque nuclear, tan temido durante la Guerra Fía en los años cincuenta, la o las bombas nucleares, lanzadas sobre los centros urbanos, no dañaran los barrios residenciales, o bien no los afectaran todos de modo tan dramático debido, precisamente, a su desmesurada extensión. Fue el miedo al invierno nuclear el que determinó la estructura y la imagen de la ciudad norteamericana, un motivo que se extendió por numerosos países, devastados por la Segunda Guerra Mundial y los procesos de descolonización de la posguerra, que recibieron ayuda financiera norteamericana y la difusión de modos de vida contrarios a los del modelo soviético, como, por ejemplo, muchas de las capitales -tal Bagdad- del Próximo Oriente.

Debo esta información al arquitecto y estudioso griego Lefteris Theodosis en su aun inédita tesis doctoral sobre el arquitecto griego Doxiadis y la aplicación del Plan Marshall en el Mediterráneo.