martes, 5 de noviembre de 2013

Jan Švankmajer (1934): Do pivnice (Abajo en el sótano, 1983)



Como en los cuentos verdaderos, el horror y la fantasía se alían
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2 comentarios:

  1. Inès24 de diciembre de 2013, 14:26

    Prometía mucho (vestido rojo, zapatos rojos, cesta, ojos azules) y quería verlo con los niños, así que hasta este fin de semana pasado no ha podido ser.
    El mayor estaba arrebujado sobre mi falda mirando por el rabillo del ojo.
    Yo también pasaba miedo, claro.
    Al final, después de que las patatas vuelvan a su casa, dice mi hijo mayor:
    "Que bo és el gatet, l'acompanya perque no vagi sola. És molt bo"

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  2. Sección de estética26 de diciembre de 2013, 11:21

    Ay, los gatos.... son traicioneros, te llevan no sé sabe dónde
    ¡Muchos recuerdos! Y que el mayor pueda seguir su senda, aunque sea la de un gato, sabiendo que sigue una senda inexplorada

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