Tuvo lugar ayer en Barcelona la presentación de las instalaciones arquitectónicas que se montarán a lo largo del año en espacios públicos para rememorar el asedio de Barcelona de 1714.
Las instalaciones efímera, dedicadas a conceptos como la paz, la armonía, la libertad, y otros valores bienpensantes, tenían que ser obra de arquitectos nacionales y extranjeros de relieve con la ayuda de estudiantes de escuelas de arquitectura y de diseño, junto con profesores.
Las escuelas de arquitectura públicas (Barcelona, Vallés) se han retirado. Alumnos y profesores no han considerado oportuno trabajar de peones para los responsables de los "eventos".
Se trataba de involucrar escuelas de arquitectura y diseño. La realidad era la ejecución de trabajos con ayudantes de balde.
¿Disminuirá el presupuesto de casi seiscientos mil euros -recordemos que un profesor asociado de universidad cobra entre trescientos y seiscientos euros al mes-, con la baja de las universidades públicas, o cómo se contaba que trabajarían por el amor al arte, nunca se previó ayudas o honorarios?
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