Fotos: Tocho, marzo de 2016
La casa de Luisa y Óscar Americano -fundador del banco brasileño del mismo nombre- en el barrio residencial de Morumbi -hoy muy peligroso, rodeado de alambradas electrificadas- en Sao Paolo (Brasil) es una fundación de arte desde mediados de los años setenta.
Fue construida como residencia familiar por el arquitecto Oswaldo Bratke -poco conocido en Europa debido quizá a la escasez de obras- en 1950, y se considera la primera casa moderna de Brasil, inspirada por la obra de Richard Neutra que Bratke descubre en los años 40-, justo antes de la Casa de vidrio de Lina Bo Bardi.
En medio de un parque frondoso, una estructura de pilares y jácenas soporta un techo plano, en cuyo centro se abre un hueco de planta cuadrada. Se dispone sobre un pronunciado desnivel. La casa, con muros y celosías de cerámica -los materiales y las formas son sencillos, que contrastan con la generosidad del espacio y del jardín o del bosque-, se inserta en esta estructura, separada del suelo, sin ocuparla o cerrarla enteramente: constituye un paso cubierto, abierto al jardín y al patio en una de las fachadas. Por un lado se muestra como una vivienda de planta baja, de varias plantas en el lado contrario. Un patio arbolado, presidido por un estanque escalonado une ambas zonas. La vegetación del patio central se une al arbolado circundante: la casa se distingue con dificultad entre aquélla.
La ciudad de Sao Paolo, al pie de la ladera sobre la que se apoya la casa, apenas se percibe en este edificio construido como un refugio en el bosque: una casa vuelta sobre sí misma, pero rodeada de pasos cubiertos que permiten circular al exterior sin dejar de estar física y sobre todo psíquicamente seguro. La casa no se concibe sin el bosque -plantado para la ocasión. Ambos se necesitan. El bosque convierte a la casa en un espacio protector, mientras que la casa, que se entrevé desde distintas partes del amplísimo jardín. matiza el desmesurado -e inquietante- crecimiento de los árboles.
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