El presidente de la Generalitat de Catalunya ha decidido modernizar la decoración de sus estancias oficiales.
Ha mandado retirar cuadros “antiguos” sustituirlos por obras modernas o contemporáneas que “armonicen” con el entorno.
¿Habría optado por pinturas abstractas (geométricas) o surrealistas?
Modernizar, se entiende, consiste en volver a “decorar” con elementos actuales en detrimento de antiguos. El pasado es considerado un lastre, la imagen de lo ya visto. La novedad es signo de modernidad.
El pasado parece no tener sentido. No es de recibo. Los tiempos actuales no aceptan el pasado. Éste evoca lo avejentado, lo decrépito, lejos del dinamismo, la vitalidad, la rapidez y la sorpresa que causan elementos modernos o contemporáneos. Un político no puede asociarse a la rémora del pasado. Tiene que mirar hacia adelante. El pasado es una losa que lastra sus movimientos. Parecería anquilosado, sin visión de futuro, como si solo mirara hacia atrás.
Así que el arte del pasado debe ser retirado dd inmediato.
El surrealismo, que remueve el pasado y hace saltar las evidencias, desmantécala ideas preconcebidas o fijas, parece una buena elección para renovar imágenes y mentalidades.
Las obras “surrealistas” mostradas en el encabezamiento del texto son dos detalles de una singular tabla gótica anónima aragonesa, sin embargo.
Ésta ha sido sustituida por una obra “radicalmente” nueva:
Un grabado del último Miró -que se sigue comerciando-, tan distinto, cómo se puede ver, de otras obras de Miró.
La tabla da qué pensar -sobre las cortes celestiales (que justifican cortes terrenales), el sacrificio de sangre y martirio que casi todo culto exige, sobre la entrega y la sumisión, sobre la creencia en seres de otro mundo que legitiman nuestras más secretas intenciones, y nuestro poder (sobre los demás), sobre la violencia injustificable, sobre las (las) mártires, es decir, las martirizadas, etc-; el grabado de Miró, ubicado en estancias oficiales, pretende ofrecer una colorista imagen de modernidad que esconda o disimule ciertas nociones tan “modernas” como la patria, sus símbolos, sus cultos y sus “mártires”.
Agradecimientos al arquitecto y profesor de historia de la arquitectura en la UPC-ETSAB, David Mesa, por las fotos y sus sugerencias.
Más allá del significado de la palabra, modernizar siempre se entiende como quitar lo viejo y poner algo nuevo, aún cuando eso nuevo que se quiera poner no tenga ninguna utilidad ni sea, en definitiva, tan adecuado como lo que se quitó en primer lugar.
ResponderEliminarEn Argentina sucede todo el tiempo...
Saludos,
J.
La modernización que no tiene en cuenta el pasado no tiene sentido ni fundamento
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