Destacar vistas urbanas de un fotógrafo célebre por sus fotografías de moda, publicadas en las mejores revistas de la época (Life, Vogue, Harper Bazaar), puede parecer absurdo o irrelevante.
Pero, precisamente porque no fue un fotógrafo dedicado a retratar la ciudad, las imágenes de Manhattan (y de París) del fotógrafo judío alemán, adscrito al dadaísmo y luego al surrealismo, conocido también por sus “collages” que denunciaban o caricaturizaban el nazismo, Erwin Blumenfeld (1897-1969), exiliado a los Estados Unidos tras haber sido internado en un campo de concentración, ofrecen una imagen singular de la ciudad, vista como un impoluto, perfectamente organizado, casi cuadriculado escenario, del que se ofrece una imagen parcial, encuadrada, abstracta, que parece un telón de fondo a la espera de personajes que bien posar, como estatuas, o muñecos, desprovistos de vida, como un símbolo irónico y fascinante por su irrealidad de la ciudad que los acoge, quizá una visión más aguda de la inhumanidad o, mejor dicho, de la indiferencia de las piedras ante las historias humanas, que no hacen sino posar vanamente antes de desaparecer.
Una gran exposición en París, hoy, recuerda a este fotógrafo:
No hay comentarios:
Publicar un comentario