Una construcción masiva aunque dulce, un cubo que recuerda un edificio moderno, blanco como una casa mediterránea.
Lluvia negra; el petróleo viscoso cae lenta e incesantemente sobre la construcción, como una cubrición lisa y envolvente -una bendición que es una maldición- que se hunde y se disuelve.
La metáfora, hiriente, no necesita más explicaciones ni justificaciones.
Sobre el artista francés, de origen argelino, Kader Attia, véase, por ejemplo, su página web:
No hay comentarios:
Publicar un comentario