El estudiante de arquitectura, diseñador, pintor y escritor Ángel Jové, fallecido ayer, deja una lámpara maravillosa, ideada hace más de cincuenta años, tallada en un bloque de alabastro, cuya forma remite a la mítica Torre de Babel, si bien si ésta oscureció el mundo con la confusión babélica que desencadenó, la lámpara Babel, en cambio, aporta algo de luz, tamizada, difusa, evanescente, que permite orientarse, con mesura y cuidado, en la noche, sin quedar deslumbrado.
La lámpara aún se talla a mano.
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