Casa de Deir Es-Zor bombardeada.
Procedencia de la imagen: Protect Syrian Archaeology حماية الآثار السورية:
MENSAJE ENVIADO POR ALBERT IMPERIAL:
"EL CESTO DE PABLO
Narra la
Biblia que, en Damasco, Pablo logró escapar de la persecución del gobernador
nabateo al servicio del rey Aretas, siendo descolgado desde lo alto del muro
por sus fieles, dentro de un pequeño cesto de mimbre.1
En octubre de 2007 tuve la oportunidad de
visitar Damasco por primera vez, con motivo de una excavación arqueológica al
sureste de Siria, de la cual tuve el gusto de formar parte. Al instante, quedé
fascinado y enamorado de un país de paisajes desérticos, ciudades milenarias y
personas humildes que desbordaban su hospitalidad. Curiosamente, unos meses
antes, G.W.B. había estigmatizado a Siria haciéndola partícipe de lo que el
mismo se afanó en llamar el eje del mal.
Nada me pareció más alejado de la realidad, una vez tuve ocasión de conocer
aquel país y aquellas gentes, y a pesar de su retrógrado modelo presidencial.
Tanto es así que en 2009 quise volver a aquellas tierras, a la misma misión
arqueológica, donde algunos de los trabajadores sirios que había conocido dos
años atrás, en especial Khaddour y Hayyan, me esperaban ansiosamente para
recibirme con los brazos abiertos, como quién recibe a un amigo en su casa. Y
así fue, literalmente.
Hoy, estos
amigos, con quienes mantengo contacto periódico, desgraciadamente malviven por
culpa de una guerra civil que parece no tener fin. Hayyan me llamó hace unas
semanas para explicarme una realidad que, de nuevo, me queda extrañamente
lejos, pero esta vez por motivos muy distintos. Lamentablemente, ahora si
apesta a muerte. Uno nunca es suficientemente consciente de algo así, por más
imágenes que nos vomiten por televisión, hasta que algo o alguien lo conmueve
directamente. Cinco familias sin recursos tratando de sobrevivir bajo el mismo
techo, a punto de ser bombardeado cada día, son una jodida realidad cuya
magnitud no soy capaz de imaginar. Como tampoco me hago a la idea de que
algunos de sus miembros, que conocí un octubre de un plácido otoño, hayan
dejado su vida en el intento. Por eso me siento en la obligación moral de
tratar de hacer alguna cosa por las personas que aún pueden luchar y que, no
hace tanto, me abrieron las puertas de sus, ahora, derruidas casas.
Es un hecho
que los recursos básicos para vivir se consiguen con un dinero que ellos, a día
de hoy, difícilmente pueden conseguir. Las grandes ciudades del país han
perdido su estructura social y el resto de pequeños núcleos urbanos son un
polvorín de focos de insurrección. La población ha ido perdiendo su trabajo y
su hogar y el mercado negro ahoga, aún más, a las personas humildes. Pero, a
pesar de lo trágico de la situación, son muchos los que se resisten a perder la
esperanza.
Por eso,
amigos, os pido vuestra colaboración, libre y generosa.
He abierto
un número de cuenta (2100 4131 37 2100013820) y os quiero hacer conocedores de
este llamamiento para recaudar una mínima cantidad de dinero que ayude a
algunas personas a afrontar un día a día realmente aciago. Cualquier
contribución, por pequeña que sea, será muy útil y bienvenida, para llenar un
pequeño cesto que, esta vez, sirva a esta gente que necesita huir hacia
adelante para tratar de vivir en paz.
La cuenta
estará abierta durante tres semanas, de lunes 15 de julio hasta lunes 5 de
agosto. Después la recaudación obtenida será íntegramente enviada, a través de
los medios pertinentes para que llegue a su destino, teniendo en cuenta la
convulsa situación que, en todos los niveles, está viviendo una Siria que
tardará en volver a ser la que conocí.
¡Muchas
gracias a todos!"
(Albert Imperial)
Nota de Tocho:
Albert Imperial es arquitecto, fue profesor asociado de Estética en la UPC-ETSAB (2010-2012), miembro de la misión arqueológica internacional de Tell Massaïkh (Siria), dirigida por Maria-Grazia Masetti-Rouault (École Pratique des Hautes Études, París) (2007-2010), y arquitecto de la muestra Antes del diluvio. Mesopotamia, 3500-2000 aC, en Caixaforum, Barcelona y Madrid (2012-2013).
Qué impotencia
ResponderEliminarPoco se puede hacer, porque tampoco se sabe a quien apoyar...
ResponderEliminarPero hay amigos que mueren
Si;si a los que no tenemos relación directa con Siria nos produce tanta impotencia,lo que está ocurriendo, para los que han estado allí y tienen amigos tiene que ser terrible.He pasado el número de cuenta.
EliminarSaludos
María
Muchas gracias.
ResponderEliminarIntentamos hacer llegar dinero en marzo y no fue posible, pero ahora sí hay una vía.
Otras misiones arqueológicas, españolas, por ejemplo, también intentar y logran hacer llegar fondos a estudiantes, profesores y arqueólogos sirios que trabajaban en estas misiones y que lo han perdido todo, sin poder salir del pais, por otra parte.
Gracias de nuevo